La vida es un pacto

En estos tiempos en los que la palabra pactos aplicada a la política ha llegado a su máximo protagonismo, llevar esta actitud de consenso y de acuerdo a nuestra vida diaria es necesario. Así lo reconoce, Fernando Álvarez, entrenador emocional, (www.desdelatrinchera.com) quien recuerda que desde que nos levantamos “pactamos” con nosotros mismos nuestras prioridades o nuestras renuncias. Pero, más allá de eso, la necesidad de llegar a acuerdos en las relaciones de pareja, de pactar ciertas cosas con nuestros hijos e incluso con los amigos o compañeros, es toda una realidad.

Unos pactos que nos van a indicar lo flexibles y generosos que podemos llegar a ser, aunque Álvarez alerta de que para que un pacto funcione las cesiones deben ser equitativas, porque de lo contrario se romperá pronto. Llegar a acuerdos sobre la educación de los hijos en temas delicados, sobre diferentes ámbitos en la relación de pareja, a la hora de afrontar un problema con los hijos o de encarar una situación tan peliaguda como un divorcio, todos ponen a prueba nuestra capacidad para ceder.

Además, el pacto, asegura, tiene que ser razonablemente satisfactorio a corto, medio y largo plazo para que sea efectivo.