El parásito que te hace osado

A Coruña

Cuando me aburro, leo noticias sobre estudios científicos y, aunque parezca una práctica no tan divertida, les diré que me proporciona grandes momentos de placer.

Ayer leí un artículo que habla sobre un pequeño parásito que invade el cerebro de algunos chimpancés y les provoca que sean más temerarios y aventureros. O sea, un bichito se mete dentro de un mono apacible, y el tío se vuelve activo y se lanza a la aventura de vivir, de cazar y de morir en las garras de un leopardo. El ciclo de la vida pero con esteroides.

Yo creo que deberían investigar un poco más este tema y crear parásitos de laboratorio para los humanos. Por ejemplo, una garrapata que se pegue al cuello de los contertulios de televisión para que cuando se pasen de una determinada cantidad de decibelios, les de un calambrazo y se queden atontados un rato. Bueno, atontados ya están. Pero que se queden callados.

También se podría diseñar un mosquito que pique a los políticos cada vez que mientan o se contradigan en alguna de sus declaraciones. Supongo que hacer el mosquito no sería complicado. Lo dificil sería su mantenimiento, porque tendrían muchísimo curro los pobres bichos.

Otra idea, una bacteria que provoque un picor irrefrenable en la barba de los hipsters, para que llegue un punto en el que se la afeiten, que un día de estos vamos a ver hipsters sin ripa, tapados sólo por su barba, y no queremos eso.

Propongo que diseñen un virus de laboratorio que le quite a la gente las ganas de poner mensajitos motivacionales en Facebook los lunes por la mañana. Por ejemplo, si alguien va a colgar una foto de Paulo Coelho con una frase que diga "me vas a hacer el favor de ser feliz" pues justo antes de darle a públicar, el virus se activa y le da un ataque de sentido común.

Pero volviendo al parásito de los monos. ¿Se imaginan que nos afectase a los humanos? Imagínense que nos infecta este parásito que nos hace más osados...

Los tímidos serían de repente osados e intrépidos, los informáticos nos atreveríamos a hablar con mujeres, todo el mundo saldría del armario y sobre todo, los corruptos se atreverían a dimitir.

En fin, amigos, habrá que seguir soñando. Eso sí, concluímos que la ciencia es maravillosa y que los parásitos no tienen por qué ser unos simples okupas en nuestro organismo.

Me voy ya pero antes aprovecho para recordarles que desde esta semana pueden escuchar nuestro programa de humor Ojo cuidao! en la web de radiocoruna.com y en la fonoteca del programa. Cada viernes a las ocho de la tarde, un nuevo episodio. ¡Qué duda cabe!