El forajido de Cabo Verde habría matado a once personas bajo "un ataque de rabia"

Las Palmas de Gran Canaria

El asesinato de once personas en el acuartelamiento ubicado en el monte Tchota (Isla de Santiago, Cabo Verde) ha dejado al país africano vecino de Canarias conmocionado. Entre los abatidos se encontraban dos ciudadanos españoles, ingenieros de telecomunicaciones que trabajaban para una empresa asturiana y que, según fuentes de la embajada española en el país, eran madrileños. Se encontraban en el punto en el que fueron abatidos a tiros, junto a otro civil caboverdiano, realizando labores en una zona estratégica del país, en la que se acumula el centro de telecomunicaciones, entre otros, de la policía. 

Los hechos ocurrieron el lunes y hasta el martes de madrugada no se supo nada al respecto. Durante doce horas reinó la confusión y se localizó, además de los 11 cadáveres -la mayoría militares-, un vehículo con las llaves puestas y lleno de armamento en el centro de Praia.

Pilar Urrea, responsable de la Oficina de Canarias en Cabo Verde, destacó que "es un hecho aislado" y que no tiene relación con "un atentado", sino con "un ataque de rabia de un soldado". Efectivamente, un soldado es el principal sospechoso. Se trataría de un profesional militar, en la categoría de "fusilero" y que habría sufrido moobing. La investigación apunta a "una reacción rabiosa" y de la misma se desprende que habría asesinado a todos los fallecidos con diferentes armas. 

Canarias tiene fuertes intereses empresariales en el archipiélago de Cabo Verde, que consiguió su independencia de Portugal y basa su economía en este momento en el turismo. 62 empresas canarias están presentes en Cabo Verde y se prevé que Pedro Ortega, consejero de Economía del Gobierno de Canarias, visite el país el próximo mes de junio.