Economia y negocios
Llegando a puerto, por Carolina Regueira

La Noche Blanca de A Coruña se torna gris

A Coruña

La noche blanca de A Coruña no es lo que era. Aunque no me gusta traer al blog críticas negativas, creo que tengo que ser honesta con los que me leéis y así admitir que la Noche Blanca del pasado viernes me decepcionó bastante. Acudí precisamente con la intención de hacer un reportaje para el blog y ya me sorprendió no ver el ambiente habitual en el Obelisco. Aunque se anunciaban zancudos, no llegué a ver ninguno y en lugar de las habituales colas, los carritos de dulces estaban vacíos y cada vez son menos. Ya solo quedan garrapiñadas, palomitas y algodón de azúcar. Y lo entiendo, creo que los comercios no se comprometieron como debieran con una noche que es por y para ellos.

Es cierto que muchos siguen engalanándose para la ocasión, pero otros tantos, incluso integrados en la asociación Zona Comercial Obelisco, que es quien organiza la Noche Blanca, (los únicos que tienen alfombra roja) ni tan siquiera ofrecían nada que les diferenciara de cualquier otro día. Ya no hablo solo de descuentos, si no de decoración y detalles con los clientes.

Por supuesto, hay excepciones. Y eso se nota en lo llenas o no que están las tiendas. Me sorprendió, por ejemplo, la sastrería Felix Ramiro porque, puede que precisamente por su estilo, no esperaba a un dj en su balcón que amenizada la calle Real, al tiempo que un azafato trajeado repartía folletos invitando a los caballeros a entrar. Consiguieron atraer la atención de muchos paseantes.

También se engalanó para la ocasión Intimissimi, pero para ver su chulísima decoración tenías que entrar en la tienda. Allí había una vespa blanca con globos y sus dependientes te invitaban a tomar té con pastas o nubes de azúcar. Había descuentos del 15% y, según el folleto, por compras superiores a 50 euros también te entregaban un regalo.

Bijou Brigitte destacó por los descuentos, de hasta un 50% en determinados productos y, además, entregaban un obsequio promocional a sus clientes con todas las compras. Oink, una de mis tiendas favoritas del centro porque te permite comprar mil y un productos de broma, decoración y papelería a muy buen precio, ofrecía un regalo para las madres por compras superiores a 10 euros. ItaJai, como cada edición, repartía rosas amarillas y el Arenal daba un cinturón por cada compra.

Las que nunca fallan son las chicas de Luxurissime, que una vez más se engalanaron para la ocasión con vestidos de fiesta y pelucas rubias al estilo Marilyn e invitando a bebida a cualquiera que pasaba. En la tienda, se ofrecía un 20% de descuento en todos los productos.

Creo que lo mejor de la noche fue el espectáculo audiovisual que se proyectó en la fachada del edificio La Base y que muchos recogieron con sus móviles y cámaras. Como Silcerino, os dejo el enlace al vídeo aquí. También fue una buena idea incorporar una vertiente solidaria a la ocasión con la recogida de tapones de la Fundación Padre Rubinos, pero creo que quedó un poco pobre y dudo de que se consiguiera la repercusión pretendida:

Los grandes beneficiarios creo que fueron los bares. El Bristol (Torreiro) sacó sus discos a la calle y los bares de La Barrera estaban llenos, pero no sé si se puede relacionar con la Noche Blanca o con el hecho de que era un viernes con buen tiempo.

Prueba de que la denominada Noche Blanca es cada vez más gris es que escuché a varios paseantes preguntándose qué pasaba. Desde algún comercio denunciaban la falta de promoción y aseguraban que los carteles en los comercios no se empezaron a instalar hasta un par de días antes. La realidad es que esta cita ha dejado de ser novedad y puede que por ello, cada vez haya menos gente, menos incluso que el año en que cayó el diluvio universal y aún así, la calle Real estaba repleta da paraguas.

Lejos del derrotismo, animo desde aquí a que se le dé una vuelta a este evento para que vuelva a brillar como lo hizo el primer año. Tal vez haya que cambiar la oferta y los espectáculos, que llevan siendo exactamente los mismos desde la primera edición. A los comercios les toca estirar las ofertas y sorprender de algún modo a sus clientes. En mi humilde opinión no basta con ampliar el horario de apertura hasta las doce. Con la competencia que existe con las grandes superficies, la Noche Blanca se convierte en una oportunidad para atraer a clientes nuevos que puede que nunca entrasen en nuestra tienda si no llamamos su atención.

Más artículos de Carolina Regueira en su blog.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00