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¡Volveremos, volveremos otra vez!

El Levante desciende matemáticamente a Segunda división tras caer derrotado injustamente en La Rosaleda

El portero del Levante Diego Mariño (d) y su compañero, el defensa argelino Carl Medjani, tras recibir el segundo gol del Málaga durante el partido de Liga en Primera División disputado esta noche en el estadio de la Rosaleda. EFE- Jorge Zapata / Jorge Zapata EFE

Valencia

Jornada muy cruel y muy dura para Valencia por la forma en la que el equipo decano de la ciudad se despidió de la Primera división y sin saber cuánto tiempo transcurrirá hasta que vuelva a recuperar la máxima categoría del futbol nacional.

Han sido seis años maravillosos, repletos de imágenes inolvidables, hasta el punto de pellizcarme para recordar que fuimos líderes en solitario y que llegamos a jugar unos octavos de final de la Europa League.

Ahora, se nos encharcan los ojos de lágrimas al revivir muchos de los momentos de una temporada infame, en la que no se jugó con la concentración, ni con la intensidad necesaria para poder competir con los mejores.

Se nos desgarra el corazón al comprobar como en los dos últimos partidos ante el Athletic y el Málaga los árbitros han cometido errores escandalosos, anulando goles legales que probablemente hubiesen supuesto puntos con aroma a salvación. No quiero pensar que los que mueven los hilos nos están cobrando una factura que no nos corresponde.

Se nos endurece el gesto al recordar la falta de profesionalidad y la escasa implicación de un vestuario que por acción u omisión no estuvo a la altura mínima exigible.

Sé que para muchos de vosotros no es suficiente consuelo que el director deportivo, Manolo Salvador asuma en solitario la mayor responsabilidad de este monumental fracaso y consideráis que el presidente, Quico Catalán y el resto del Consejo deberían acompañarle en su salida.

Seguro que ellos también tendrán una cuota de culpabilidad por lo sucedido y no es menos cierto que la reestructuración que se va a acometer en la parcela deportiva, debería ir acompañada en la Junta General de diciembre de una profunda remodelación del Consejo al que le hace falta un lifting integral.

Decía el físico Albert Einstein, que si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo y esas deberían ser las dos tareas capitales de Quico Catalán en los próximos meses. Si hace lo de siempre, con los de siempre tropezará por segunda vez en la misma piedra y sabe que él será el siguiente en abandonar la casa granota de manera forzosa.

MALA PLANIFICACIÓN DEPORTIVA

La identificación del primer problema del club está en vías de solución con la contratación de un profesional al frente de una nueva estructura deportiva que cree un modelo de éxito para tratar de devolver al Levante a la élite en el menor tiempo posible.

La segunda ocupación del presidente debería ser el rejuvenecimiento de su Consejo y la ‘democratización’ de una Fundación que trabaje sin descanso, hasta conseguir que una afición que hoy está angustiada, desorientada y sin ganas de pisar las gradas de Orriols, vuelva a creer en la humildad de un club con raíces valencianas, que sea ambicioso a pesar de contar con unos recursos limitados y que transmita una serie de valores que le hagan recuperar el orgullo de no haber vendido su historia y su patrimonio a Robert Sarver, un banquero de Arizona que tiene al Mallorca al borde del descenso a Segunda B.

Es posible, que tu rabia interior te impida seguir leyendo este artículo, pero el ejemplo más claro de lo que es un club rico en inversión, pero huérfano en identidad está en el casa del vecino.

Mestalla se vacía semana a semana, mientras Peter Lim compra jugadores, cesa a colegas que hacen de entrenador, contrata secretarios técnicos y disfruta de la experiencia del fútbol desde lugares privilegiados sin explicar cuál es la orientación que le quiere dar a un club que se compró hace dos años.

Solo hay que echar la vista atrás para darse de bruces con la realidad. La misma temporada en la que el Levante se clasificaba para jugar por primera vez en su historia la Europa League y el Valencia fue por última vez tercero en la Liga, el Villarreal descendía a Segunda.

Su método de trabajo y la consolidación de un gran proyecto deportivo le devolvieron un año después a Primera, algo que debería emular el Levante y copiar el Valencia para regresar a la Champions. Volveremos, volveremos otra vez. Macho Levante

José Manuel Alemán

Redactor de Deportes en Radio Valencia

 
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