Ocio y cultura

Tercera guerra carlista: Gasteiz aislada

En esta entrega de la sección de fotos antiguas: dibujos, los de Ricardo Becerro de Bengoa y crónicas: las de 'La ilustración Española y Americana', para viajar a la Vitoria aislada de 1874

GRABADO GERRA CARLISTA / BECERRO DE BENGOA

Vitoria

Aunque hay bastante material publicado sobre la tercera guerra carlista (1872-1876), nos ha llamado la atención la visión periodística del conflicto. La revista ‘La Ilustración Española y Americana’ publicó en septiembre de 1874 unos grabados con varios dibujos tomados del natural por Ricardo Becerro de Bengoa, que actuaba de reportero gráfico y daba detalles de la situación de la entonces sitiada Vitoria. Si bien la fotografía ya se había inventado, no fue posible hasta 1880 plasmar en papel de prensa las imágenes obtenidas por una cámara, por lo que las publicaciones se servían de dibujos para completar sus informaciones.

En esas fechas el territorio vasco se encontraba inmerso en la guerra y nuestra provincia era controlada, casi en su totalidad en ese momento, por los partidarios del pretendiente al trono Carlos María de los Dolores Borbón (Carlos VII), que se revelaron ante el poder del gobierno. La ciudad de Vitoria era una de las poblaciones que no había sido ocupada por los carlistas; se mantenía aislada y defendida militarmente por el poder gubernamental. Valga esta pequeña introducción para situarnos respecto a lo que viene a continuación.

EL GENERAL LOMA

En uno de esos dibujos de ‘La Ilustración’ aparece el General Loma (1822-1893) en su entrada a la Vitoria aislada. Era un militar con bastante fama, nacido en Salinas de Añana/Gesaltza y participante en la contienda por el lado gubernamental.

GRABADO BECERRO DE BENGOA. GUERRA CARLISTA / D.R. BECERRO

Así explica la revista este hecho: “Nombrado últimamente este jefe capitán general de las Provincias Vascongadas, era esperado con impaciencia en Vitoria, capital del distrito militar, donde se le apreciaba extraordinariamente como hijo del solar alavés, y se consideraba su nombramiento como una honra para el país.

Los vitorianos tuvieron, por fin, el placer de saludarle y le distinguieron con entusiasta acogida, cuando a fines de Agosto (1874) entró en aquella ciudad. La Milicia Nacional alzó para honrarle un arco triunfal, el pueblo acudió a vitorearle y durante varios días recibió numerosos obsequios y pruebas de consideración y cariño. El activo general no descansó en medio de tantas satisfacciones sino que, efectuando varias salidas al frente de la guarnición, estableció casi diariamente las comunicaciones entre Vitoria y Miranda.”

LOS MIÑONES

GRABADO GERRA CARLISTA / NEMESIO LEGARDE Y RICARDO BECERRO DE BENGOA

En otros dos dibujos aparece por una parte un miñón pertrechado para la guerra con el arma al hombro y, por otra, otro miñón con un oficial del cuerpo a su lado. Este colectivo foral intervino en el conflicto armado; su participación se describía de esta forma: “Entre los diferentes institutos armados que auxilian en la guerra al ejército liberal, aparecen en la provincia de Álava los miñones o soldados de la Diputación Foral. Todos ellos son voluntarios, naturales de la misma provincia, jóvenes fornidos y valientes, y siendo en tiempo de paz guardianes del orden público y de la propiedad, constituyendo una verdadera legión de honor de los Diputados alaveses, son ahora, en plena campaña, los primeros que acuden a defender las instituciones liberales del país.”

Se menciona también la intervención de otros soldados riojano-alaveses, agrupados en torno a su jefe Juan Fernández, con un mote muy peculiar: “Además, entre los voluntarios alaveses que han sido movilizados para prestar servicio de campaña fuera de Vitoria y de las villas más notables, se cuentan los tiradores llamados de El Hereje, denominación tomada del apodo con el que se distingue el jefe que los manda, y que fue herido en la reciente sorpresa de Laguardia. Los riojanos son todos ellos hombres de corazón, buenos tiradores y decididos para cualquiera empresa arriesgada.”

EL AISLAMIENTO DE VITORIA

En cuanto a la defensa de la capital alavesa, que se encontraba aislada, este es el relato: “La capital de Álava, que tiene armados y en constante servicio de campaña más de ochocientos voluntarios, y que viene sufriendo hace más de un año una especie de bloqueo tan irregular como molesto establecido por las partidas carlistas volantes de Muñescar, Santa y Gabino, y completado por la estancia de los aduaneros en La Puebla, está hoy en completo estado de defensa, con un triple recinto de obras de fortificación.”Fuera de la ciudad, en las alturas que dominan el camino de Salvatierra y Navarra, han establecido los movilizados liberales dos avanzadas de observación, cerca de la ermita de Santa Lucía, desde las cuales se tirotean a menudo por los carlistas que descienden hasta los pueblecitos de Elorriaga y Arcaute.”

GRABADO BECERRO DE BENGOA. GUERRA CARLISTA / BECERRO DE BENGOA

No lejos de estas avanzadillas, y entre ellas y la ciudad, está la Fortaleza del Polvorín, situada sobre la pintoresca e histórica explanada de Judizmendi, que guarda todo el lado del recinto por la parte de Oriente y que está unida a la ciudad por medio de un camino cubierto.

GRABADO BECERRO DE BENGOA. GUERRA CARLISTA / BECERRO DE BENGOA

Hacia el Norte, y en medio del barrio de Santa Isabel, está una de las principales puertas, la de Arriaga, dominando la carretera que se dirige, por Murguía y Orozco, a Bilbao.”

En un artículo anterior de esta sección, nos referimos ya al barrio de Santa Isabel señalado en la anterior crónica. Estaba situado donde ahora se encuentra la calle con el mismo nombre, en el barrio de Zaramaga. Se puede ver en el enlace que va a continuación:

(http://cadenaser.com/emisora/2015/01/21/ser_vitoria/1421865443_957726.html).

La publicación describe también el sistema de observación instalado en Vitoria para el seguimiento de los movimientos carlistas: “Por último, en la elevada torre de la catedral de Vitoria hay establecido un servicio óptico de campaña: sobre el cuerpo de las campanas y en el local donde el gran reloj de dicha torre tiene su máquina, hay constantemente varios militares en observación, que con anteojos de largo alcance observan los movimientos del enemigo, toman notas, y comunican partes de cuanto ocurre y es digno de saberse en el dilatado campo que se extiende desde las crestas de Arlaban hasta el castillo de La Puebla, y desde la sierra de Badaya hasta el boquete de la Burunda y los puertos de Eguileta.”

GRABADO BECERRO DE BENGOA. GUERRA CARLISTA / BECERRO DE BENGOA

SISTEMA DE COMUNICACIONES

Más adelante se da cuenta del sistema telegráfico de comunicaciones que posee el bando carlista: “Desde el centro donde reside la Diputación a guerra, en Aramayona, hasta la villa de Murguía, tienen los carlistas catorce estaciones telegráficas, con cierto sistema de señales que ha sido inventado por un catalán. Compónese cada aparato de un gran marco de madera fijo en el suelo y adicionado lateralmente con dos varas o apéndices de igual diámetro. De estos apéndices, y del madero que los une, parten ocho alambres que se fijan en el suelo formando con él un ángulo de 30 grados. Por medio de un sistema sencillo de poleas, suben y bajan a lo largo de los alambres tres rectángulos de lienzo de iguales dimensiones y uno de doble extensión que se mueve en el centro del mecanismo. Según la posición relativa de los lienzos, ya aisladamente, ya respecto a los de igual tamaño, o bien con relación al mayor central, así se significan distintos números que corresponden a las letras del alfabeto. El sistema es sencillísimo pero se emplea con él mucho tiempo para la trasmisión de los despachos.

GRABADO BECERRO DE BENGOA. GUERRA CARLISTA / BECERRO DE BENGOA

Como el país es muy accidentado y el horizonte corto, y como no conviene a los carlistas que las noticias puedan leerse desde puntos dominados por el enemigo, las estaciones no están situadas en los lugares más altos, sino en los extremos más salientes del terreno, de manera que distan entre sí poco más de 400 a 500 metros.

Sirven estos aparatos sencillos aldeanos, que trasmiten fielmente las señales, pero que no las comprenden; así es que semejante sistema, comprensible para las personas regularmente ilustradas, causa la admiración y el asombro de los habitantes de aquellas montañas y de los soldados del Pretendiente.

PLANO MILITAR POLVORÍN DE VITORIA / PLANO MILITAR

Un plano castrense elaborado diez años después del final de esta guerra, refleja el emplazamiento de dos de las edificaciones a que se hace referencia en la crónica de la revista.

Uno de ellos es la ermita de Santa Lucía, donde se encontraba uno de los puntos fortificados de observación. Este edificio religioso estaba situado aproximadamente en lo que ahora es la calle de Los Astrónomos, cerca del hito que recuerda el eclipse de sol ocurrido en Vitoria el 18 de julio de 1860. La citada ermita desapareció al urbanizarse el nuevo polígono de viviendas que lleva su nombre. Curiosamente en el plano citado aparece la zona del entorno de esta baseliza como Barrio de Arana, cuando ahora lo situamos en otra zona cercana.

También se muestran en el mapa los edificios de El Polvorín, que estaban emplazados donde ahora existe un colegio público, lindante al actual parque de Judizmendi. En esos pabellones se almacenaba el armamento militar.

En una foto aérea del año 1932 mostramos también el emplazamiento de ambos puntos.

FOTO AÉREA POLVORÍN DE VITORIA / DIPUTACIÓN FORAL DE ÁLAVA

El autor de las ilustraciones hasta aquí mostradas -excepto una- es Ricardo Becerro de Bengoa (1845-1902). Fue un personaje alavés destacado en su época, siendo entre otras cosas diputado a cortes en varias ocasiones, doctor en ciencias, catedrático, periodista, autor de varios libros y cronista de la capital alavesa.

Su faceta de reportero gráfico, nos ha dejado como herencia interesantes documentos.

BECERRO DE BENGOA / BECERRO DE BENGOA

 
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