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Zona Press, por Carlos Mirás Avalos

Sed de baloncesto

A Coruña

¿Qué habría pasado si Ángel Hernández hubiera metido ese último triple en el quinto partido en el Javier Imbroda? ¿Qué posibilidades de victoria tendría el Leyma Básquet Coruña ante el Peñas Huesca en la final por el ascenso? ¿En un hipotético caso de ascenso deportivo, estaría el club naranja en disposición de conseguir los apoyos necesarios para hacer frente a la aventura de la ACB? ¿Por qué no se ha aprovechado el tirón del baloncesto en la ciudad para lanzar la campaña de abonados? ¿Cuántos socios y abonados tendrá el Básquet Coruña el curso que viene? ¿Cuántos jugadores de la actual plantilla seguirán en el club el próximo ejercicio? ¿Seguirá Tito Díaz a los mandos o le seducirá la propuesta que le llegará de Lugo? ¿Dónde jugará Beqa Burjanadze? ¿Para cuándo una nueva portada dedicada al baloncesto en los medios de comunicación locales? Las preguntas se amontonan en mi cabeza…

El pasado viernes se dio el pistoletazo de salida a la final por el ascenso a la liga ACB, serie a cinco partidos que enfrenta a Club Melilla Baloncesto y Peñas Huesca. Los norteafricanos golpearon primero y se pusieron con un 2-0 en el marcador que se antoja muy complicado que remonte el joven equipo oscense.

Viendo estos partidos, me ha resultado inevitable la sensación de que el Leyma Básquet Coruña bien podría estar ahí. Los de Tito Díaz tuvieron contra las cuerdas al equipo melillense en la eliminatoria de semifinales y, ante Huesca, a buen seguro que tendría muchas opciones de conseguir la victoria. A pesar de todo, yo no daría al Peñas por vencido todavía.

Acabada la temporada para el equipo de nuestra ciudad, el baloncesto parece haber desaparecido por estos lares. Ese ambiente baloncestístico que tanto costó generar y que tan felices nos hizo a algunos, se ha evaporado casi de repente. Ya no se ven camisetas naranjas por las calles, apenas hay páginas dedicadas al equipo en la prensa local, en la radio ya no se escuchan las voces de los protagonistas, que empiezan sus vacaciones, los ciudadanos de a pie hablan ya de otros asuntos.

Me pregunto si el club no podría haber aprovechado la inercia de los buenos resultados, el tirón que el equipo naranja tuvo con la afición en la recta final de campaña, para lanzar la campaña de abonados para la próxima temporada. Pienso que el anuncio de alguna renovación (¿Tito?, ¿Olmos?, ¿Monaghan y/o Stelzer?...) podría acompañar a dicha empresa para asegurar buenos resultados. Y es que vamos a estar cuatro meses sin baloncesto, una eternidad, y, si se deja para el mes de septiembre, puede que el llamamiento a la afición llegue demasiado tarde, que se haya perdido una oportunidad de oro, que muchos de los que se subieron al tren de los éxitos del Leyma se hayan quedado en alguna estación lejana del presente mes de mayo.

Supongo que el inconveniente para comenzar ahora una campaña de abonados radica en la incertidumbre que puede existir en el tema de los patrocinios y de los fondos de los que pueda disponer el club para el próximo ejercicio, aunque este año parece garantizado que el club saldrá a competir una vez más en LEB Oro. A buen seguro que la directiva no está con los brazos cruzados y ya está trabajando para sumar apoyos empresariales e institucionales.

Si algo se escucha en las últimas fechas relacionado con el Básquet Coruña (me refiero al conjunto que milita en la LEB Oro, que el club es grande, tiene muchos equipos de diferentes categorías y desarrolla muchas más actividades) es la supuesta apuesta del Cafés Candelas Breogán por hacerse con los servicios del que ha sido su verdugo esta temporada, el entrenador Tito Díaz. Por las fuentes que manejo, parece que los lucenses vienen en serio a por Tito, que harán todo lo posible para convencerlo, si bien el técnico ya ha dejado claro que antes de dar una respuesta escuchará la propuesta del equipo coruñés. Una mejora salarial y un proyecto atractivo pueden ser las claves para que Tito Díaz siga cogiendo a diario (y sería su cuarta temporada) la línea de tren que une Vilagarcía con A Coruña.

De quien sí podemos despedirnos es de Beqa Burjanadze. Es evidente que el georgiano es un jugador de superior categoría. La LEB Oro se le ha quedado pequeña. Ha progresado mucho estas dos campañas en el equipo naranja y creo que puede estar agradecido. Y nosotros también, pues él ha sido pieza fundamental para el crecimiento del Leyma. Deberían de lloverle las ofertas. Esperaremos a ver qué equipos se interesan por él y cuál se hace finalmente con sus servicios. Yo preferiría que se quedase en España, seguro que tiene novias en la ACB, pero también lo van a tentar desde el extranjero. Ojalá que no se equivoque a la hora de decantarse por uno u otro destino y que fiche por un club que le dé confianza y en el que pueda jugar muchos minutos para seguir cumpliendo sus sueños. Se lo merece.

Otros jugadores se han revalorizado este curso en el Básquet Coruña. Sergio Olmos ha firmado una temporada redonda, caracterizada por la regularidad, que le han llevado a ser uno de los mejores cincos de la categoría. Dago Peña llegó con la temporada avanzada pero dio muestras de carácter y de calidad. Zach Monaghan enamoró con su juego de fantasía y, con dos partidos memorables en Melilla, acaparó la atención de los medios, por lo que es posible que haya llamado la atención de más de un equipo. Ben Stelzer demostró poseer una muñeca privilegiada. Y podríamos seguir… Mantener la base del equipo (al menos a cinco o seis jugadores de la actual plantilla) me parece básico para emprender el nuevo curso con garantías.

Incertidumbre, muchas preguntas y, por ahora, mucho silencio. Los próximos meses se van a hacer largos, desesperadamente largos, aunque los rumores y las noticias irán llegando lentamente a nuestros oídos. Como gotas de agua fresca que saciarán nuestra sed de baloncesto.

 
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