¿Arte o vandalismo?

Castilla y León

Esta pregunta da para un largo debate. Como en muchos otros temas, hay personas a favor de los grafitis y detractores de este arte que surgió en Estados Unidos de la mano de jóvenes inconformistas que veían muy oscuro su futuro. Su forma de reivindicar se plasmaba en paredes, mobiliario urbano o incluso trasportes públicos, aunque hay quienes marcan el origen del grafiti durante el Imperio Romano por las inscripciones satíricas y críticas que aparecían en algunas paredes. A pesar de que en la actualidad vemos pintadas de un gusto dudoso, cada vez más artistas realizan murales en la calle que son auténticas obras de arte. 

Mamá, quiero ser ‘grafitero’

Asier Vera trabaja en Ponferrada como escritor de grafiti: “Soy de los pocos que pueden vivir de ello. Antes lo combinaba con otros trabajos, ahora mi sustento viene de pintar”, nos cuenta este artista.

Con 18 años se compró su primer spray. No lo hizo antes porque “no quería que mis padres tuvieran que pagar mis multas por hacerlo de forma ilegal, así que esperé a pintar en la calle cuando fui mayor de edad”. Pero Asier era escritor de grafiti desde mucho antes. Sus lienzos eran los bordes los folios.

De la pintada reivindicativa al arte urbano

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Muchas paredes de edificios y puertas de garajes o comercios amanecen cada mañana con pintadas ilegales y de mal gusto que afean el entorno. En el barrio del oeste de Salamanca han decidido ‘dar la vuelta a la tortilla’ e invitar a los artistas urbanos a decorar estos espacios con el permiso de sus dueños. Inma Cid, presidenta de la asociación de vecinos ZOES, nos cuenta que “desde hace un par de años queremos que la calle sea una prolongación de las casas de los vecinos y por eso hemos sacado el arte a la calle (…), no para ellos, sino con ellos, con los vecinos, que participan en muchas actividades que realizamos”. Hacen concursos para pintar las cocheras de los edificios, los comercios se implican en las actividades y el ambiente en este barrio salmantino se parece más al de una ciudad europea que al que tenemos a la vuelta de la esquina en nuestra ciudad.

El arte del grafiti sigue en la calle, en boca de todos los vecinos y cumpliendo su cometido: decorar y reivindicar mientras todos hablan de ello.