Zamudio y Balmaseda, cara y cruz

Bilbao

Iban Urbano y Paul Abasolo coincidieron en las filas del Barakaldo, cuando el delantero fue cedido con 18 años desde el filial del Athletic. Ya se le apreciaban rasgos de personalidad y descaro, mientras que el lateral era un hombre de mucho peso en el vestuario de Lasesarre: “Iban ya era el capitán y ya se veía: era un jugador muy profesional, muy serio y no me ha sorprendido que sea entrenador y le haya ido bien”. Ambos, ya concluidos sus respectivos playoffs de ascenso con Balmaseda y Zamudio, se pasaron por Radio Bilbao.

Abasolo, de 32 años, está pensando en las vacaciones antes de despejar su futuro, que le podría enviar a otro conocido club del fútbol vizcaíno. En el Zamudio- Laredo solventó un pequeño incidente, tras la expulsión que le impidió actuar en San Lorenzo, con el público desplazado en la ida desde Cantabria: “Me gustaría pedir perdón, igual te coge en caliente, ellos también. A la vuelta pude hablarlo y les deseo toda la suerte del mundo, espero que asciendan (se reenganchan en segunda eliminatoria), tiene un equipo y una afición que merece estar mucho más arriba”, se disculpa con nobleza.

Un Zamudio que busca ahora recursos en los despachos para salir en la parrilla de la Segunda B con ciertas condiciones y garantías: “La directiva no nos ha transmitido nada, sólo que subiésemos en el campo; ahora es cuestión de ellos”, comenta Abasolo. Necesitaría triplicar su presupuesto para las exigencias de una categoría de bronce competitiva y costosa (fichas profesionales, arbitrajes, viajes). “El mérito del equipo y de la directiva es tremendo y sí que hay incertidumbre. Hay jugadores que han renovado o tienen contrato y no saben si van a estar en Segunda B o Tercera”, apostilla el ex punta de Oviedo, Logroñés o Real Unión.

Urbano explica sobre el envite en El Rubial de águilas, donde cayó apeado del playoff de ascenso a Segunda B, que se trató de “un partido que fue igualado, que tuvimos nuestras opciones para meternos, con varias ocasiones para hacer el segundo gol, que no aprovechamos y al final en un córner nos marcaron en el 87 y en el último arreón tuvimos dos ocasiones para hacer el 2-2, que nos hubiera dado el pase”. Aunque a urbano, todo un caballero, no le duelen prendas para “felicitar al Águilas”. No hubo ninguna encerrona en su estadio: “La verdad que esta eliminatoria ha ido por cauces muy deportivos”, aclara, desterrando famas pretéritas.

Un viaje muy largo, exactamente igual en su primera parte hasta Madrid que el del Bermeo: en Aranjuez entreno y comida en el mismo sitio. “Los jugadores del equipo ya habían tenido muchos playoffs, pero para el club sí que era algo novedoso el organizar todo, esperamos poderlos disputar más en el futuro”, subraya Urbano, que ya ha tenido una reunión con el presidente para renovar como técnico en el club de su pueblo: “Vamos a hablar de todo y supongo que seguirá en pie la idea de continuar y esperemos que salgan bien las cosas”, narra el míster encartado, sabedor de que bajará algo el presupuesto, al menos de salida.