Un duro golpe
Chaves y Griñán lo han sido todo en Andalucía. Su procesamiento tiene un notable impacto en la política regional y en el socialismo que ha levantado en esta comunidad un fortín inexpugnable
Sevilla
El final de la investigación del caso ERE deja varias conclusiones de calado. La primera, que el juez sostiene una enmienda a la totalidad de la gestión socio-laboral del Gobierno andaluz durante nada menos que una década; la segunda, el peor escenario para un expresidente como Griñán, que se enfrenta a un delito de malversación, es decir, de cárcel, cuando el Supremo sólo había imputado prevaricación para él y para Manuel Chaves.
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Pero no es una malversación de libro, con lucro y enriquecimiento, con bolsas de dinero y cuentas ocultas como vemos en otros casos. Se trata de una malversación por omisión, por mantener un sistema de ayudas a empresas en crisis que no era legal, aunque salvara puestos de trabajo.
Ahora los expresidentes serán juzgados desde la presunción de inocencia, por más que ya exista condena social y mediática. Y hasta lo que más ha debido dolerles, la baja de militancia en el partido que lo ha sido todo en sus vidas.
Mientras, este procesamiento a las puertas de la campaña electoral supone munición de calibre grueso para el PP, y rentabilidad, en forma de trasvase de votos, para las nuevas formaciones que pregonan el fin del bipartidismo.