Deportes

Amateurs que se exigen como deportistas de élite

Médicos especializados advierten de que el ejercicio físico ha de acompañarse de una demanda calórica adecuada para que no se colapse el cuerpo. Demandan la obligatoriedad de que los atletas presenten pruebas de salud antes de participar en maratones

CADENA SER

Santa Cruz de Tenerife

Correr se ha convertido en una de las actividades deportivas que más adeptos ha ganado los últimos tiempos, probablemente porque entre sus aficionados ha cundido la idea de que sólo requiere calzarse unas zapatillas de deporte y un espacio diáfano (la ciudad permite encontrar variedad de ellos), para ejecutar un esfuerzo tan aparentemente sencillo y primario como ejercitar las piernas.

Sin embargo, nutricionistas especializados en la salud de los deportistas, como el doctor Manuel González, recuerdan que cualquier ejercicio exije una demanda energética que hay que cubrir, "pues si la actividad no es proporcional, se fuerza la máquina y puede haber colapso".

En este sentido, González advierte del aumento en su consulta de pacientes "fundamentalmente hombres, amateurs, con su trabajo y vida normal, que hacen deporte a nivel profesional. Corren tres veces en semana, después salen en bici 80 kms. y se van a nadar. Cuando se suma todo ese gasto energético, dan un rango de energía como un deportista de élite, tienen que consumir entre 3.500-4.000 calorías diarias, pero hacen una dieta estándar para un varón de 1,70 de estatura y 70 kilos, de apenas 2.000 calorías". El facultativo incide en que "darse tanta caña", al margen de incidencias más graves, como afecciones cardíacas, genera problemas de colesterol, lesiones frecuentes o piel quebradiza.

Una normativa homogénea y adecuada

González incide en la necesidad de disponer de una normativa básica y recomienda que, como mínimo, en los maratones se exija "un electrocardiograma, que mide en reposo la actividad cardíaca, tiene una amplia capacidad diagnóstica y puede desvelar patrologías que la persona desconoce". Se trata de un reconocimiento muy sencillo, que los facultativos pueden realizar en consulta y que, según éstos admiten, podría evitar muertes.

Un paso más es "la prueba de esfuerzo", que proporciona una información mucho más precisa y extensa sobre el individuo que se prepare para una competición. En todo caso, González reclama una normativa homogénea, "con al menos exploraciones de pulmones y corazón" en los certámenes deportivos oficiales y recomienda a los aficionados que hacen kilómetros en las calles "bajo el síndrome del chándal nuevo" que "sólo por tener más de 40 años, llevar una vida sedentaria y practicar deporte" se sometan a una revisión que les confirme que están capacitados para la actividad que van a practicar". Les puede ir la vida en ello.

 
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