La semana que sobrevoló el recuerdo de la tragedia del Orzán

A Coruña

-Lunes, 20 de junio. A Coruña reforzó su compromiso como ciudad refugio, en el Día Internacional del Refugiado. El alcalde, Xulio Ferreiro, censuró la política europea de cierre de fronteras y reclamó el compromiso de las administraciones para la acogida de aquellos que huyen de la guerra. Fue en un acto institucional en el Palacio Municipal de María Pita que ha recibido a 36 personas refugiadas. El impulso de algunas ciudades contratasta con la desidia de la Europa de la vergüenza, que está ofreciendo lo peor de sí misma ante un drama humanitario de primera magnitud. 

Fue el asunto descatado de un día en el que arrancaba la recta final de la campaña electoral. Las oficinas de atención al cliente de Correos empezaron a saturarse de gente que solicita el voto por correo, según denuncia el sindicato CGT, que acusó a la empresa pública de falta de previsión. Más allá de este hecho puntual habría que revisar a fondo este arcaico sistema. Las nuevas tecnologías ofrecen alternativas rápidas y seguras que favorecerían la participación. ¿O es que no interesa que se reduzca la abstención?

-Martes, 21 de junio. El alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, garantizó de nuevo que el campo de fúbol de Riazor es seguro, pero el conflicto que mantienen el Concello da Coruña y la empresa Dragados sobre las obras de reparación de la cubierta mantiene paralizada la actuación. La empresa reclama más dinero del señalado en la adjudicación y el Gobierno local quiere que los trabajos se realicen según el acuerdo pactado. Mientras, la obra sigue sin fecha. El Concello debe buscar una solución rápida, en el marco de los tiempos que marque la normativa de la Administración en cuanto a la adjudicación y ejecución de obra pública. Es obvio que, en defensa de las arcas públicas, no puede aceptar una reclamación económica si considera que no está justificada, pero, cuando de seguridad se trata, la ley suele ofrecer caminos más rápidos para anular un contrato y realizar una nueva adjudicación.

El martes, el Gobierno gallego afirmó que antes de que termine el año autobuses de la comarca llegarán al centro de A Coruña. Lo presentó la Xunta cuando la legislatura autonómica consume sus últimos meses. Tanto es así que, al no concretar más los plazos, podría darse la circunstancia de que esa entrada quedase para la nueva Xunta, quizá ya sin el PP al frente. No parece serio anunciar para después del mandato lo que se fue incapaz de acometer en cuatro años: una operación tan compleja como modificar el recorrido de un autobús.

-Miércoles, 22 de junio. El Concello da Coruña confirmó que colaborará con la Xunta para que el bus comarcal pueda llegar al centro de la ciudad. Los servicios de movilidad del Ayuntamiento iniciarán un estudio de la propuesta remitida por el Gobierno gallego para determinar los efectos que tendrá en el tráfico y adoptar las medidas que fuesen necesarias. Si esto es así, ¿ha tomado la Xunta la decisión de enviar los buses metropolitanos al centro de la ciudad sin estudiar los efectos internos en el tráfico? ¿ha consultado la Xunta del PP el plan de movilidad aprobado por el PP en el Ayuntamiento? ¿decía algo ese plan sobre esta posibilidad? ¿alguien se acuerda de cuánto costó ese plan y para qué ha servido? Sería buena que estas preguntas no quedasen sin respuesta.

-Jueves, 23 de junio. Llegaba la noche más esperada del año: a noite meiga, la noche de San Juan. El Gobierno local, en línea con iniciativas anteriores, está dando pasos para mejorar la gran asignatura pendiente de la fiesta: el medio ambiente. Pero esto es aún insuficiente. El gran orgullo que supone ver las lumeiradas en la bahía de Riazor y Orzán, en una espectacular estampa, se convierte en vergüenza al día siguiente al comprobar cómo toneladas de basura se acumulan en los arenales. Sobre el asunto se trabaja ya en institutos y en esa línea se debería profundizar. También sería bueno trasladar a los más jóvenes el por qué de la tradición. No queremos que nuestra fiesta sea simplemente una macrobotellón.

-Viernes, 24 de junio. El día amaneció con un tremendo susto. Un hombre se lanzó al mar en el Orzán a pesar de las órdenes en contra de la policía local. Fue necesaria una cadena humana y dos agentes, además del director de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento, Carlos García Touriñán, que también participó en el rescate, precisaron asistencia sanitaria. Por momentos sobrevoló el recuerdo de la tragedia del Orzán. El hombre fue detenido. Aquellas personas que participaron en el rescate merecen el reconocimiento de la sociedad. Ellos sí son ejemplo de servicio público.