¿Otra Valencia es posible?

Valencia

El gobierno valenciano quiere otro modelo de área metropolitana de Valencia. Los planes de la huerta, del litoral, de prevención de inundaciones... convivirán y confluirán en el PATEVAL, el Plan de Acción Territorial Metropolitano de Valencia que, sin presupuesto conocido ni plazos, pretende reordenar la ciudad y todo su anillo metropolitano hasta los 60 kilómetros, más o menos, contando con la opinión de todos a través de un sitio web.

Un plan basado en tres pilares que hoy la consellera de vertebración del territorio, María José Salvador, ha presentado en la universidad. El primer pilar es la huerta y las zonas medioambientalmente importantes. Se pretende proteger la huerta, hacerla productiva y atractiva para el turismo y unir interior y litoral. En definitiva, evitar la actual fragmentación favorecida por años de crecimiento libre y sin control.

El segundo pilar de este ambicioso plan es la rehabilitación y la regeneración por delante de la generación de nuevas zonas urbanizables. Es más, busca reforzar las zonas residenciales de la periferia con baja población con infraestructuras mínimas y generando zonas que puedan ejercer de lo que hoy ejerce el centro de Valencia. Recuperar polígonos en desuso y también zonas consolidadas y degradadas como el Cabanyal. Es decir, justo lo contrario de lo que ha ocurrido hasta ahora: primero se construía, luego se preguntaba... ahora se hará al revés. Se gestionará en función de las necesidades.

Y todo ello no es posible sin el tercer pilar, un nuevo sistema de movilidad, basado en la combinación de los diferentes medios de transporte público, construyendo aparcamientos disuasorios y estableciendo como prioridad, por el clima y la estructura plana de la ciudad, el fomento del uso de la bici.

Al tiempo contempla como irrenunciables las estructuras de transporte que nos unan con otras zonas de la comunidad o de fuera de la comunidad: el corredor mediterráneo, los accesos a los puertos y sus conexiones y el corredor Sagunt-Somport.

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Y sí, los promotores de tan ambicioso proyecto son conscientes de los problemas a los que se enfrentan: los alcaldes perderán poder, no podrán crear nuevas infraestructuras o urbanizaciones sin la autorización de la Generalitat. Si no se consideran necesarias simplemente no se construirán. Tampoco podrán los promotores y constructores recalificar suelo a la carta. Eso, avanzan, no significa que vayan a faltar infraestructuras, sino que se construirán solo donde de verdad sean necesarias y puedan dar el mejor servicio a mayor número de personas.