Memoria Histórica para no repetir los errores del pasado

Soria

Soria no fue una provincia del Frente en la Guerra Civil Española. Los episodios bélicos se registraron muy escasos desde que el coronel García Escámez, lugarteniente del General Mola, al mando de 1.000 requetés de Navarra, tomó la ciudad sin disparar un solo tiro en los primeros días de la contienda.

En Soria no hubo muertos en combate sino víctimas de la brutal represión franquista que se desencadenó inmediatamente después, víctimas civiles en su totalidad, civiles asesinados por otros civiles que, generalmente, eran falangistas; y también guardias civiles, siguiendo las órdenes del Comandante Militar.

Ahí termina el pasado, un pasado que invitó a un presente que cada uno interpreta según le conviene y que, dará paso a un futuro repleto de quistes si no somos capaces de superar, como Nación, un tiempo lleno de errores.

Porque la división en dos de España no está superada, en ningún territorio del país, tampoco en Soria; como no está superado el anclaje social, mental y conservador de aquella época. Somos una sociedad con un disfraz de desarrollo y modernidad, pero que esconde miedos, recuerdos de miseria, maneras de actuar y pensar que se aprendieron en posguerra y que interesa mantener. No hubo respeto ni lo hay de un bando hacia otro, los dos bandos que se conformaron hace hoy 80 años. La herida continúa abierta.

En la provincia de Soria, la asociación para la recuperación de la memoria histórica comenzó hace 10 años a trabajar por quienes fueron injustamente encarcelados, torturados, despojados de sus bienes, de sus trabajos y de sus derechos, por los niños robados, por las mujeres que sufrieron violencia. Por todos ellos, y por sus familias, que también son víctimas de la represión. Fueron 585 personas las asesinadas en Soria tras el alzamiento militar. Recuerdo y Dignidad ha logrado grandes avances a nivel nacional que han sentado precedente para que el Estado asuma sus obligaciones con las víctimas y la democracia en materia de derechos humanos.

La recuperación de la memoria histórica debe servir como zona de transición para entender, asumir y aprender sobre lo que ocurrió hace 80 años. Ni más, ni menos.