La inhabilitación de Otegi añade incertidumbre a las autonómicas más abiertas

Bilbao

A un día de que se abra el plazo para registrar candidaturas de cara a las elecciones vascas de 25 de setiembre, el alcance de la inhabilitación de Arnaldo Otegi es el tema en torno al que gira la precampaña. Para preocupación, por ejemplo, del PNV que reclama otros debates; y alimentado por PP, Ciudadanos y UPyD, que han anunciado ya sendas impugnaciones a la candidatura del secretario general de SORTU. Podemos entrar en una espiral de impugnaciones y recursos que nos lleven hasta la víspera de la campaña, algo que ya pasó con Bildu en las municipales del 2011.

Otegi es solo un factor más de incertidumbre en estas elecciones. La hegemonia del PNV, que siempre se ha impuesto en unas autonómicas, está amenazada ahora por Podemos, que ganó las dos últimas generales. En Euskadi acude en coalición con Izquierda Unida y Equo: 'Elkarrekin Podemos' (Unidos Podemos en euskera) es la marca elegida. Las encuestas y la experiencia, sin embargo, concluyen que los resultados de las generales no suelen ser extrapolables a las autonómicas: en las dos únicas ocasiones en las que el PSOE ganó unas generales al PNV (1993 y 2008), este les sacó 10 y 5 escaños en las autonómicas siguientes.

La pugna, por lo tanto, parece que estará por el segundo puesto, entre EH Bildu y Elkarrekin Podemos. Después, las matemáticas dictarán la combinación de gobierno. Lo más lógico es que, si dan los números, gobiernen PNV y socialistas, como lo hacen ya en las Diputaciones y numerosos ayuntamientos vascos. Sin embargo, las encuestas vaticinan que necesitarán algún apoyo más. Ahí podría entrar el PP de alguna manera. Así, paradójicamente unas elecciones que Urkullu adelantó a setiembre para no contagirse de las negociaciones de investidura, pueden llegar hasta a condicionar esta. Desde el PP, Javier Maroto ya ha sugerido que habría que retrasarla hasta después del 25 de setiembre, pese a que el PNV sigue negándose a apoyar a Rajoy.