La Comunidad adapta el protocolo de acoso escolar al 'ciberbullying'

Madrid

La Comunidad de Madrid se ha visto obligada a actualizar el protocolo contra el acoso escolar en los centros educativos que se creó en 2007 al amparo del decreto que establecía el marco regulador de la convivencia en los centros educativos. En todo este tiempo las nuevas tecnologías, con el uso del teléfonos móvil y aplicaciones como Whatsapp, además de las redes sociales, se han integrado en la vida diaria de los estudiantes. Sin embargo, hasta hoy, la Comunidad no se había planteado la necesidad de reconocer que el ciberacoso también llega a las aulas. "A raiz del ciberacoso se incrementa esa sensación que tenemos todos de acoso en el centro. El acoso sale del propio centro y continúa en casa", asegura Maximino Garcís, subdirector general de la Inspección Educativa, en la SER.

Hay pocos detalles todavía de este nuevo protocolo, el gobierno de la Comunidad de Madrid tan solo avanza algunas líneas generales, aunque la intención es que empiece a funcionar este próximo curso que comienza el 8 de septiembre. La consejería de Educación asegura que se ha hecho una revisión y una adaptación de la estrategia para intentar prevenir y frenar el ciberacoso también desde dentro de los centros. Maximinio García reconoce que el protocolo que ha funcionado hasta ahora "ha funcionado bien pero no estaba actualizado en aspectos como la utilización de los móviles o el mal uso que se ha hecho de las redes sociales y en eso hemos estado trabajando en el nuevo protocolo".

Otra novedad importante de la estrategia contra el acoso escolar que ultima la consejería de Educación es la obligatoriedad de este protocolo revisado. Hasta ahora, eran solo recomendaciones para los centros docentes no universitarios, pero a partir del curso que viene 2016/2017 este protocolo será de obligado cumplimiento.

Según la Asociación Madrileña contra el Acoso Escolar, esta revisión era muy necesaria porque hasta ahora "la consejería ha estado negando el ciberacoso en los centros", asegura Mar Valdeita, portavoz de AMACAE. "Los centros han enviado notas informativas a los padres diciendo que se desvinculaban de cualquier consecuencia derivada del uso de teléfonos móviles porque estaban prohibidos en los centros", explica. El principal problema, según AMACAE, es que hay muchos centros educativos que niegan los casos de acoso o que intentan taparlos y eso, aseguran, deja a las víctimas y las familias desprotegidas. Por eso desde esta Asociación insisten en que la revisión del protocolo actual debe ser mucho más profunda. "Los informes que reciben las familias de los niños acosados ahora mismo son una mera transcripción de la versión subjetiva del centro", apunta Valdeita.