Las sinfónicas de Euskadi y Bilbao se unen en la gran clausura de la Quincena

San Sebastián

Las sinfónicas de Euskadi y de Bilbao, los orfeones Donostiarra y Pamplonés, y los grupos infantil y juvenil del Coro Easo, ofrecerán mañana el monumental concierto de clausura de la 77 Quincena Musical de San Sebastián, que será además "histórico" porque reúne por primera vez a las dos orquestas vascas al completo.

La sesión, que contará con casi 440 personas en el escenario del Auditorio Kursaal, "mostrará de modo claro y contundente la fuerza y excelencia musical vasca y navarra", gracias a esta conjunción de formaciones en una de las obras "de mayor envergadura del repertorio sinfónico coral", el "Te Deum op. 22" de Berlioz.

Así ha descrito la gran cita de mañana Víctor Pablo Pérez, el reputado director burgalés, actual director artístico y titular de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, bajo cuya batuta se desarrollará la sesión, que ha sido presentada hoy por responsables de las entidades implicadas en su organización.

Muchos de ellos han coincidido en resaltar el carácter "histórico" de este concierto, por su grandiosidad, pero sobre todo porque será la primera vez que la Orquesta Sinfónica de Euskadi (OSE) y la Orquesta Sinfónica de Bilbao (BOS) participen juntas y al completo en un escenario para ofrecer una actuación con sus respectivas plantillas al completo.

Ha habido un único y anterior precedente, el concierto que ofrecieron con motivo de la inauguración del Museo Guggenheim Bilbao en octubre de 1997, pero entonces conformaron entre ambas una única orquesta.

Un total de 439 músicos y cantores se subirán mañana al escenario del Kursaal, que ha tenido que ser ampliado mediante la supresión de unas 150 butacas, para actuar en el último concierto del festival de música clásica donostiarra, cuyas entradas están agotadas.

Además de la obra de gran formato de Berlioz, el programa incluye el "Aita Gurea" de Francisco Madina, y el "Gernika" de Pablo Sorozabal.

Intervendrán también dos solistas, el tenor alemán Christian Elsner, y el joven organista vasco-francés Thomas Ospital, así como 24 txistularis de la asociación Euskal Herriko Txistulari Elkartea, que tocarán en la obra de Sorozabal.

El colosal cierre que tendrá la 77 edición de la Quincena Musical, que arrancó el pasado 4 de agosto, está coorganizado por Donostia 2016, cuyo director general, Pablo Berástegui, ha destacado que el evento pondrá música y voz a los valores "europeos" y de "trabajo colaborativo" que defiende la Capitalidad Cultural.

El director del Orfeón Pamplonés, Igor Ijurra, ha subrayado por su parte que, si bien ésta no será la primera vez que "los dos coros hermanos" canten juntos, sí lo será para sus formaciones de voces blancas, que se han unido en un único grupo.

El director de la imponente sesión que albergará mañana el Kursaal ha resaltado "el magnífico" trabajo de "colaboración y respeto" que las dos sinfónicas y los tres coros han desarrollado en la complicada preparación del programa, que se ha desarrollado en varias fases que han culminado en los ensayos que, desde ayer, llevan a cabo todas las agrupaciones juntas.

Sobre la pieza de Berlioz, Víctor Pablo Pérez ha dicho que es "una infrecuente obra que tiene movimientos bellísimos", mientras que ha definido el "Aita Gurea" de Madina, como "una miniatura maestra", y el "Gernika" de Sorozabal como "una breve cantata".

En cuanto a la falta de representación alavesa, el director de la Quincena, Patrick Alfaya, ha dicho que el festival intentó la participación del contratenor vitoriano Carlos Mena, que trabaja con un coro infantil, pero éste declinó la invitación "por cuestiones artísticas".