Nuevo rumbo en Educación

Valencia

Define la Academia de la Lengua la palabra mirador, con la que este espacio pretende hacerse reconocible, como un adjetivo que califica al que mira. El diccionario también dice que el mirador es un lugar bien situado para contemplar un paisaje o un acontecimiento. Y difícil será encontrar una atalaya tan bien dispuesta como la SER para quien quiere llamar su atención sobre alguno de los acontecimientos de la semana.

Una semana que ha estado marcada por el inicio del curso escolar. Una actividad que moviliza cada año a miles de familias y esboza nuestro futuro como sociedad. El Gobierno de Ximo Puig ha conseguido en apenas año y medio volver a colocar el centro de gravedad de la política educativa en el sistema público. Se cierra así una larga etapa de políticas conservadoras en las que se potenciaron los centros concertados, necesarios pero subsidiarios de la red pública, y la enseñanza privada con desmesurados recursos de la Administración.

La Conselleria de Educación, que dirige Vicent Marzà, ha recuperado becas de transporte y comedor, ha introducido la gratuidad de los libros escolares y anuncia ya la elaboración de un decreto de escuela inclusiva, esencial para avanzar en la igualdad de oportunidades.

La nueva política no ha estado exenta de problemas de gestión y de desbarajustes puntuales, que la mayoría de la comunidad educativa ha optado por ignorar. Sin embargo, el conseller Marzà debería saber que el margen de confianza otorgado no es ilimitado y que tan importante como cumplir las promesas realizadas, como la de suprimir los barracones heredados, será corregir los errores detectados.