Ir de Erasmus nos cuesta el doble que a los extranjeros

Castilla y León

Los que no conocen el Programa Erasmus creen que es una excusa para disfrutar durante un año ‘a la sopa boba’, en el extranjero, todo el día de fiesta y estudiando más bien poco. No seré yo el que diga que eso no existe, pero el Programa Erasmus va mucho más allá, al menos eso es lo que cuentan quienes lo han vivido desde dentro. Se trata de un programa de movilidad de estudiantes universitarios que permite que un castellano y leonés, por ejemplo, pueda estudiar un curso de su carrera en cualquier país de la Unión Europea, aprender el idioma, conocer otras culturas, formarse como profesional y mejorar en el aspecto personal. “Asociar el Erasmus y la fiesta es lo que nos han vendido las discotecas, pero nosotros hacemos mucho más”, asegura Laura Gobernado, presidenta de ESN, la red de estudiantes Erasmus en Valladolid. Dan charlas en colegios, visitan residencias de ancianos o colaboran con ONGs, llevando la movilidad de los estudiantes como bandera. Pero ya saben que entre 5.000 estudiantes extranjeros que viene cada año a las universidades públicas de Castilla y León puede haber de todo, quienes entiendan el Erasmus como algo para disfrutar de la fiesta y quienes quieren vivir la experiencia de otra manera.

¿Cuánto cuesta un año Erasmus?

En A vivir que son dos días Castilla y León hemos reunido a dos estudiantes: Gabriele Cristofalo, es italiano, tiene 24 años y estudia Economía y Andrea Valencia, es vallisoletana, de 23 años, estudia Dirección y Administración de Empresas y Derecho. Haciendo cuentas, hemos comprobado que, a un castellano y leonés le cuesta el doble estudiar un año Erasmus en el extranjero.

“Los gobiernos tienen que apostar por la movilidad de los estudiantes”

Viajar nos hace libres, nos abre la mente y nos enriquece como personas y como profesionales. Es algo que defienden desde ESN, la red de estudiantes Erasmus. Su presidenta en Valladolid, Laura Gobernado nos ha contado cómo ven ellos la diferencia en los costes de unos y otros estudiantes, además de mostrarnos una cara desconocida de lo que es vivir un año Erasmus.

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Lo que está claro es que la mayor parte de los estudiantes universitarios quieren estudiar un año en el extranjero, por lo que se aprende, por lo que se vive y por los recuerdos inolvidables que se quedan grabados en su memoria. Lástima que no todo el mundo pueda disfrutar de esta experiencia por cuestiones económicas ya que las ayudas no son suficientes.