“Hola, ¿hay alguien ahí?”

Valencia

El fútbol tiene virajes que la razón no entiende y que sólo el balón comprende. No es tan malo el equipo, aunque es un equipo hecho a lo Frankestein, un tornillo de aquí, una tuerca de allá, como se ha podido, cuando se ha podido.

El equipo, estando mal hecho, sin un '9', sin un mediocentro defensivo de nivel, sin extremos y con dos centrales nuevos de los que uno genera más dudas que certezas (Mangala), no es un equipo para perder cuatro partidos seguidos. Y en los 3 primeros partidos hizo bagaje para ganarlos, pero los perdió. La realidad es que el equipo pierde y no sólo es por mala suerte.

Ayestarán ya desliza que sus jugadores, por lo que sea, no compiten. Es decir, no están siendo lo competitivos que se necesita. Y eso es su responsabilidad. El de Bilbao es un partido de entrenador: de elección del sistema de juego adecuado en este momento; de lograr que los jugadores compitan en torno a una idea y a la creencia en el entrenador y de que detalles tácticos como el gol de Aduriz con la marca del pequeño Medrán no sucedan. A eso Ayestarán no se puede escapar. Porque es mejor entrenador el que mejor logra que compitan sus jugadores, el que más jugo les saca con los mismos jugadores, es decir, el que hace de Valverde cuando sustituyó al novato Pellegrino.

Así que yo confío en que se le puede y se le debe ganar al Alavés y se le puede ganar al Leganés. Oiga, he dicho al Alavés y al Leganés; dos recién ascendidos. Y lo que hoy es desconfianza, en Valencia se transforma en un minuto en trampolín. Más allá de eso, ¿quién pone orden hoy en el club? ¿Quién sale a dar alguna explicación a calmar a la gente?

Éste es un club en el que el boxeador lucha con la sombra del rival. No hay nadie enfrente. El aficionado es el púgil en el cuadrilátero de Mestalla, pero enfrente no hay nada más que una sombra. Eso es Lim, Layhoon, Kim Koh e incluso García Pitarch, que ayer era un día para que diera la cara y dijera algo. Todos son una sombra. El club está descabezado y camino de descerebrado.

El aficionado de bien se pregunta: ¿qué puedo hacer yo? Nada. Rezar y aguantar. Esperar a que Peter Lim tome decisiones coherentes, en un sector que no conoce. O esperar a que entregue la vara de mando de verdad a quien sabe, que no es Layhoon, ni Kimkoh. El que sabe es García Pitarch, que también está ahora seriamente tocado por su apuesta por Ayestarán. Y, sobre todo, por su escasa credibilidad tras el verano de mentiras que se ha cascado. Esa independencia que siempre ha tenido Suso por su situación económica y su propia personalidad está ahora quebrada. Si fuese el Suso de antes y se hubiese pasado el 'tester' que nos dijo a su llegada, ya no estaría aquí después de lo de Alcácer. Y si aún resistía a eso, ya no estaría aquí un minuto después de cuando él decidiese relevar a Ayestarán si es que lo decide, porque sabe que en las reglas del fútbol esa apuesta por Ayestarán, suya, suya y suya, y encima con dos innecesarios años de contrato, conlleva hacer la rueda de prensa conjunta e irse los dos. Pero el Suso de hoy trabaja para Meriton; o sea, para sí mismo.

Respecto a los cartulineros y pancarteros: a tragar y berrear. Y a buscar al culpable equivocado, como siempre. Ellos mismos entonarán el 'Peter, vende ya'; ellos mismos, que se prestaron para aplaudir al doble de Lim cuando hasta en eso nos engañaron en su primera visita a Mestalla, como si hubiese descendido de los cielos el espíritu santo.

Ellos mismos entonarán el 'Peter, vende ya'. Ellos mismos, que se prestaron a ser mosaico de cartulinas y pinzas para sostener las pancartas de 'Peter, benvingut al Reino de Valencia' en las 'churrimanifestaciones' del director de propaganda de Lim: el entonces 'salvador' Salvo, que ahora busca un comprador para las acciones de Lim, mientras sigue habitando y paseando por el palco presidencial de Mestalla el día del Betis, junto a los asesores del Consejo más habituales: Gil de Pareja, Manolo Peris, Salvador Belda y 'don powerpoint' Aurelio Martínez.

No les quepa la menor duda que a un amplio grupo, minúsuculo en la globalidad de la afición del Valencia, pero mayúsculo en hacerse notar, dando entender que la parte es el todo, hoy se volverían locos en el ruido del sonajero social y encumbrarían a Salvo a poco que hiciera una rueda de prensa para decir: “Perdón, me he equivocado con Peter, pero ahora os traigo a Anthony para enmendar mi error". Acabaría con un "Amunt Valencia" y la caspa enfervorizada inundaría Valencia de ilusión ante la pasividad del valencianismo con 'trellat' que en silencio diría: “Otra vez nos la van a colar, pero qué puedo hacer yo".

Así cumpliríamos dos de las etapas de la jaula del hámster:

- La frustración del 'Peter, vende ya'.

- La ilusión de la llegada de la ilusión con un nuevo trilero (un Salvo 2ª parte).

Eso sí, a Layhoon le parece bien porque ya saben ustedes que la presidenta quiere reeducar a Mestalla para que no cante nada.

CORTE DE LAYHOON EN LA PRESENTACIÓN DE AYESTARÁN EXPLICANDO QUE HAY QUE REEDUCAR A LA AFICIÓN Y AL ENTORNO PARA NO CAMBIAR DE UN 'PAKO, VETE YA' A ENSALZAR EN UN DÍA, PIDIENDO COMPRENSIÓN Y PACIENCIA

Y oiga, escuchado esto en momentos de cotización alta de Layhoon, hasta fue celebrado aquí por ilustres opinadores, perdón embustes opinadores, que saludaron el 'trellat' de doña Layhoon y que ella hubiese sido capaz de darse cuenta de nuestros defectos.

Me pregunto qué ha hecho bien Peter Lim desde que llegó. Para él, comprar el 70% del club barato por 94 millones, sin más compromisos. Pero, para el club, lo único que ha hecho bien es poner los 100 millones de la ampliación de capital, que encima han sido malgastados en jugadores que no han servido para empequeñecer el equipo.

Sólo eso ha hecho bien: poner el dinero, QUE ES MUCHO, y que es lo que a mí me hubiese gustado usar como banderín de enganche de credibilidad. Pero me abofetean los hechos, me golpea la realidad. Y la realidad no es una sombra como ellos, que no están, ni se les espera mucho.

La realidad es que el Valencia C. F. (no la Fundación, que era un problema de la Generalitat y de Bankia), el Valencia C. F. está mucho peor que cuando llegó el mundo Lim.

Y la gente de bien no quiere romper la baraja contra Peter Lim porque le agradecen que ha puesto la pasta, saben que ha hecho lo que nadie en Valencia: él ha puesto la pasta, los demás sólo la boquilla.

Y no quieren romper la baraja porque ¿cuál es la alternativa? No hay alternativa. Yo no veo una alternativa sólida.

Sólo que Lim enderece su rumbo o que decida vender y tengamos la suerte de que el nuevo comprador es mejor. Pero eso es la bonoloto accionarial futbolística.

Así que la gente está con lo mofletes hinchados llenos de aire, el pecho en suspiro, pero llegará un momento que la barraca irá por el aire.

Y la línea es tan fina que es sólo un poste o un gol ante el Alavés. Así es esto. Por si acaso, Layhoon no está; Lim ya no pisa Valencia ni cuando viene a España; y Kim Koh es como un 'tamagotchi' que genera simpatía absurda y a nadie se le ocurre decirle nada porque le consideran el turista con la cámara colgada del pecho, las sandalias y los calcetines blancos. Esa suerte tiene.

Entre todo este guirigay, todavía hay aficionados como uno que ayer se metió 14 horas de coche para ir a Bilbao con su sobrina de 8 años... Y aún me dice que va a ir a Leganés pase lo que pase el jueves.

Así de grande es el fútbol. Perdón, así de grande es el sentimiento por el Valencia C. F. Es lo único puro que queda en este barrizal de mentiras, farsantes, negocios y postureo.

AQUÍ TENÉIS EL AUDIO DE ESTE ARTÍCULO EDITORIAL QUE HA SONADO EN NUESTRO SER DEPORTIVOS