Los vascos votan bajo la lupa de Madrid

Bilbao

El PNV debería estar celebrando hoy el día del partido. El Alderdi Eguna, que siempre se conmemora el último domingo de setiembre, fue pospuesto al 2 de octubre para no coincidir con la jornada electoral. Sin embargo, si las encuestas aciertan, esta jornada seguirá siendo de celebración para los jeltzales. Todas los sondeos le dan ganador; la inmensa mayoría, incluso, pronostican que no perderá ninguno de sus 27 escaños, es decir, que no sufrirá desgaste por la gestión durante la crisis ni por la irrupción de Elkarrekin Podemos.

Todos los demás contendientes, sin embargo, perderán peso en el Parlamento de la undécima legislatura con la llegada de los de Iglesias, según esos mismos estudios. La principal incógnita estará en quién se hace con el segundo puesto: si EH Bildu, con el revulsivo de un Otegi inhabilitado pero muy activo en campaña; o Elkarrekin Podemos, que viene de ganar al PNV en las generales de junio.

Las principales fuerzas españolas, PSE y PP, corren el riesgo de convertirse en minoritarias en la nueva Cámara de Vitoria. A los socialistas de Idoia Mendia las encuestas les vaticinan la pérdida de hasta la mitad de sus 16 escaños. El PP de Alfonso Alonso también sufrirá una pérdida sensible y será la última fuerza parlamentaria vasca, salvo que Ciudadanos consiga hacerse con el hueco que deja UPyD, que no se presenta.

Socialistas y populares prefieren fijarse en lo cualitativo de sus futuros resultados y no tanto en lo cuantitativo. Los socialistas se saben claves en la configuración de mayorías para la investidura y, sobre todo, para conformar el futuro gobierno.

Se da como seguro que el PNV no conseguirá los 38 escaños de la mayoría absoluta (nadie lo ha hecho en la historia del Parlamento Vasco). Sin embargo, Urkullu no debería tener problemas mayores para ser investido lehendakari. Al no existir el voto negativo en la sesión vasca de investidura, la única alternativa sería un candidato conjunto de EH Bildu con Elkarrekin Podemos que sumara más votos. El PSE tendría en sus manos la investidura.

Más allá de la investidura, el PNV ha comprobado en sus propias carnes la dificultad de gobernar en minoría. Lo intentó hace cuatro años con sus 27 parlamentarios y tuvo que retirar su primer proyecto de presupuestos por falta de apoyos y firmar después un acuerdo de estabilidad con el PSE. Peneuvistas y socialistas gobiernan juntos las tres Diputaciones forales y las tres capitales vascas, además de numerosos ayuntamientos, así que la fórmula más lógica pasaría por extender ese acuerdo al Ejecutivo de Lakua, incluso si juntos no suman 38, ya que la posibilidad de que voten juntos EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PP es remota. Los populares, en cualquier caso, esperan que los equilibrios de fuerzas sean ajustados y puedan hacer valer sus escaños y, en el mejor de los casos, intercambiar apoyos en las negociaciones para la investidura.