Derrota rodeados de la afición

Salamanca

El primer objetivo de la tarde se consiguió. Pabellón Río Tormes prácticamente lleno, con escasas zonas en la grada libres. El club pidió respaldo de la gente de Salamanca, y el público respondió. Chapeau. Con esa atmósfera, los naranjas salieron a comerse al Universidad de Valladolid, pero el rival fue algo más grande que los locales y también,  casi imposible seguir la estela en el marcador de los pucelanos.

Con Sánchez, Andrés Pérez -un espectáculo ofensivo-, Nebreda, Bueno, Sergio Muriel, Prieto y Miguel Álvarez en la alineación inicial de Alberto Martín, los charros aguantaron bien el marcador en los primeros quince minutos de la primera parte remando siempre en contra, eso sí. Valladolid se mantenía por delante en el tanteador con uno o dos goles a favor, entre otras razones por los ataques de los salmantinos malogrados por el portero visitante y el acierto del Universidad, un equipo superior y en el que se apreciaba que los jugadores se conocían entre ellos sobradamente.

Las superioridades del Balonmano Ciudad de Salamanca tras diversas exclusiones no se aprovecharon, lo que hizo que Valladolid aumentara a cuenta gotas la diferencia en el electrónico. Al descanso, 12-17.

En el segundo tiempo, inicio explosivo de los de Martín (3-1 de parcial) pero que no fue suficiente para terminar de igualar el choque. Valladolid se despegaba progresivamente contando casi todos sus ataques por jugadas de gol, y ya en el minuto siete del segundo tiempo eran seis los tantos que había que levantar.

Los charros no bajaron los brazos en ningún momento, trabajando muy duro en defensa y en ataque ante un equipo universitario que está llamado a figurar entre los equipos de la mitad alta de la clasificación. 26-35 fue el resultado final.

Las tardes de gloria llegarán para un equipo con mucha raza y que, conforme engrane sus piezas y recupere las que le falta, olvidará esta derrota inicial que precisamente, así debe verse. Como un primer partido de Liga y mucho tiempo por delante para mejorar.

LA ANÉCDOTA

Dos veces tuvo que emplearse a fondo el portero del Valladolid para recuperar la pelota, alojada en las redes traseras de su portería.

Además, las residencias universitarias de Salamanca estuvieron presentes poniendo la animación en el Río Tormes, casi a reventar.