Los deberes escolares, a examen

Alicante

Hace diez meses, un pleno infantil municipal aprobó en Alicante "por unanimidad" disminuir los deberes escolares en casa. La decisión simbólica, que recibió todo el respaldo del alcalde y de la edil de Educación, ese día fue aprobada por los escolares de cuatro colegios públicos; pero se ha quedado -lamentan las familias- en agua de borrajas.

De hecho, Ceapa, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos, ha emprendido en el ámbito nacional la campaña de recogida de firmas contra los deberes bajo el lema "En la escuela falta una asignatura: mi tiempo libre". Encargó durante el primer semestre del año un estudio sobre los derechos de la infancia. Éste arrojaba que el 20,24 % de los padres indica que los alumnos dedican más de dos horas diarias a los deberes.

Consciente de que se trata de un tema que preocupa, la Consellería de Educación quiere abrir un debate con toda la comunidad educativa y reunirse con ellos.

La Fapa Gabriel Miró, miembro de Ceapa, cree que en cada curso de Primaria sería suficiente con aumentar en diez minutos el tiempo que se dedica a reforzar los contenidos aprendidos en clase, en lugar de obligar al alumno a completar lo que no ha dado tiempo a estudiar en las aulas.

Insiste Ramón López, desde esta Fapa, en que lo que no puede continuar es la situación actual de sobrecarga, con hasta cuatro y cinco horas de deberes en casa, como está ocurriendo. Opina López que detrás del problema está en muchos casos un profesorado falto de "motivación" y lo que se necesita ya, es manejar "otros tiempos en la escuela actual", dice.

De hecho, la Consellería de Educación confirma que se está trabajando en un documento sobre los impactos que representan los mal llamados "deberes" en el rendimiento académico de los alumnos.

Explica el director general de Política Educativa, Jaume Fullana, que informes de la OCDE y de Pisa ya advierten que "no existe relación directa entre el volumen de estas tareas y la mejora del aprendizaje". Además, puede "condicionar el ambiente familiar". Por no hablar de "la compensación desigual", es decir, la distancia que puede crear entre las familias que sí pueden ayudar al escolar y las que no, dice Fullana, que sí ve en este aspecto "un impacto negativo".

Razón por la cual el debate, asegura Fullana, está ahora sobre la mesa y se va abordar "en complicidad con toda la comunidad educativa" en una próxima jornada. La cuestión es "ver qué tareas benefician al progreso del alumno y cuáles se pueden evitar", explica.

El objetivo, recalca Fullana, es introducir una regulación a partir de un cambio de mentalidad, que consiste en pasar "del deber al placer del estudio, y disfrutar de esa actividad", añade.