Con la mirada en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020

Badajoz

Con tan solo 18 años contrajo el virus Guillain-Barré en el mundial de Nueva Delhi (India), cuando aspiraba a representar a España en los Juegos Olímpicos de Barcelona, lo que le postró en una silla de ruedas y, tras una larga recuperación, logró retomar su pasado en este deporte y que se le abriera la puerta a los juegos paralímpicos.

"Si hubiera una máquina del tiempo que me permitiera volver al momento en el que contraje la enfermedad y poder cambiar mi destino diría que no sin dudarlo, porque aunque al principio se me vino el mundo encima, después esa enfermedad me llevó a conocer a mi esposa y a conseguir logros con los que ni soñaba", ha afirmado con rotundidad

Juan Bautista Pérez, que vivió poco más de un año en Cistierna (León), después en Vigo y actualmente en Almendralejo (Badajoz), llegará a la cita de Tokio 2020 con 51 años, aunque antes tendrá que afrontar mundiales y europeos, así como la fase de clasificación. Sobre la representación de los jugadores asiáticos bajo pabellón español en los Juegos de Río de Janeiro, He Zhiwen "Juanito" o Yanfei Shen, el medallista paralímpico ha negado que existan " celos o envidias, porque en realidad se han ganado su derecho a representar a España y además suponen un acicate para subir el nivel".

Lo que sí le gustaría al jugador español es que el tenis de mesa contara con más respaldo económico "porque eso sin duda redundaría en subir la competitividad y el nivel en las grandes citas, pero es algo complicado para los deportes minoritarios que siempre tienen que competir con el fútbol, que lo acapara todo, algo quizá lógico por su impacto social". Pérez ha reclamado una mayor valoración hacia el deportista paralímpico "al que no hay que ver como un discapacitado tan solo, sino como una persona que lucha por superarse y buscar un objetivo a través del esfuerzo".

En ese sentido, ha reconocido que jugadores en su deporte como el egipcio Ibrahim Hamadtou, que practica tenis de mesa sin brazos, "solo es un ejemplo, quizá más mediático, porque se ha utilizado como imagen de los paralímpicos, pero hay muchos jugadores anónimos, con mejores resultados y que también han de superar discapacidades incluso más graves".