Como un funambulista sobre el alambre

Soria

Décimo clasificado, con 9 puntos y con un sistema y estilo de juego definidos y ya muy reconocibles, con un once tipo también bastante claro, con posibles variantes en algunas posiciones. Es un análisis rápido de un Numancia que va de menos a más y que ya va consiguiendo resultados y transmitiendo una imagen positiva según pasan los partidos. Buenas noticias.

Pero el equipo de Jagoba Arrasate, tal vez fruto de la dinámica dominante en la categoría, con una tremenda igualdad, peca de jugar siempre sobre el alambre. Decía hace unos días el técnico rojillo que el resultado suele ser fruto del partido que desarrolles y que al final hay detalles que decantan el duelo de uno u otro lado (expulsiones, errores en ataque o defensa…). Ese es el problema. El equipo juega a fútbol, con una apuesta de agradecer, como venimos diciendo durante la temporada, con hombres de talento en la medular; en defensa está bastante firme y en ataque suele crear varias ocasiones claras de gol en cada partido. Hasta ahí bien.

Pero (hay quien dice que un pero anula todo lo dicho anteriormente, mas no es el caso) no es capaz de cerrar los partidos y, tanto en los que va ganando como en los que va empatando, se llega al minuto 90 con la sensación de que pueden volar puntos. Ante el Nástic y el Zaragoza, por ejemplo, se lograron triunfos, con justicia, siendo superiores al rival y haciendo partidos muy completos. También jugó bien en Cádiz, pero ahí voló un punto en el descuento, y lo hizo también ante el Levante, pero en la ocasión más clara los granotas no fallaron y se llevaron los 3 puntos.

“Hay que aprovechar los momentos en los que somos claramente mejores”, reconocía este domingo Arrasate. Esa es la asignatura pendiente, evitar vivir con el corazón en un puño, como viendo al funambulista sobre el alambre. Lo positivo, de momento, es que el funambulista tiene red (por la clasificación y la actual altura de la temporada, con 35 jornadas por delante), Pero creo que será mejor para todos (equipo y afición) dedicarse a los malabares en tierra firme y evitar el vértigo que puedan dar las alturas de llegar al minuto 90 con todo por resolver.