"No le deseo pasar por esto a ningún trabajador de Fidere"
Arantxa Mejías, afectada por la venta de su vivienda a un fondo buitre, habla en la víspera del fin de plazo para abandonar su casa
Madrid
De la colección de imanes de la nevera de Arantxa Mejías pende un dibujo de su prima pequeña, unas fotos de ella y de su hermana y las próximas citas médicas de su madre. Pero hay una fecha que su familia no necesita recordarse en la nevera: el 6 de octubre. Ese es el día en que finalizan su contrado de alquiler con Fidere, el fondo de inversión al que el gobierno de Ana Botella vendió su casa en 2014. Y esa es la fecha límite que le empresa les ha dado para abandonar su casa, tras decidir unilateralmente rescindir su contrato.
Hoy por Hoy Madrid: La cuenta atrás de Arantxa Mejías
13:35
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Arantxa, que siempre ha mantenido que esta acción responde a una represalia por ser la portavoz de los vecinos afectados por la venta de sus viviendas a fondos buitre, relata con entereza la tensión que está provocando esta situación en su casa: "No le deseo pasar por esto a ningún trabajador de Fidere", señala.
A partir de este jueves, la empresa podría enviarles en cualquier momento una orden de desahucio, a pesar de que siempre han estado al corriente de pago y esperaban poder firmar su hipoteca tras una década de alquiler. Por eso intentarán agotar las vías judiciales para evitarlo.
80 metros cuadrados llenos de recuerdos
La casa de Arantxa desprende un olor fresco y agradable, es acogedora y luminosa, muy luminosa, una de las características que más les ilusionaron a su llegada al PAU de Carabanchel: "Antes vivíamos en un bajo, teníamos que asomarnos al patio para saber si era de noche o de día", recuerda, "mi hermana y yo compartíamos habitación y mis padres dormían en un sofá cama".
Hoy la habitación de Arantxa está llena de libros y apuntes, algunas fotos de celebraciones con amigos, flores secas, peluches, sombreros... "Probablemente es el cuarto más desordenado de la casa", confiesa, "no tengo tiempo para recoger".
Noelia, su hermana pequeña, también tiene su propia habitación llena de imágenes familiares, justo al lado. Al fondo, en el cuarto de sus padres, habita también una pequeña Virgen en la mesilla de su madre, Merce: "Yo le pido siempre a mi Virgencita", reconoce. Pero su hija le contesta risueña: "Tú pide a la Virgen y yo a la Justicia".