El paso de las ballenas por la costa de Dénia, un espectáculo de la naturaleza

Alicante

En su largo viaje a través del Mediterráneo hasta el océano Atlántico, entre los meses de mayo y septiembre, la presencia del rorcual común -la segunda ballena más grande del planeta- convierte el litoral de Dénia (Alicante) en un auténtico paraíso natural.

La hermana pequeña de la ballena azul puede medir entre 18 y 24 metros, pesar entre 30 y 80 toneladas y alcanzar una velocidad de 37 kilómetros por hora. Por su inmenso volumen, la mayor parte de su viaje transita por aguas profundas. Sin embargo, a su paso por la costa Denia, este gigante marino no duda en acercarse a muy pocas millas de la playa -entre 150 y 1.000 metros- para saludarnos con un soplo que puede formar una columna de agua de entre cuatro y seis metros de altura.

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Procedente del mar de Liguria, donde acude cada año para alimentarse y reproducirse, navega en dirección sur para perderse en la inmensidad del Atlántico después de cruzar el Estrecho de Gibraltar.

Pero no solo esta especie -calificada como vulnerable en el Catálogo Español de Especies Amenazadas- ha elegido el litoral de Dénia como parte de su ruta natural. Cachalotes -el animal con el cerebro más grande del mundo-, calderones, alguna ballena jorobada (y despistada), delfines, tortugas laúd -la más grande de las tortugas marinas- y un sin fin de aves, han hecho del Observatorio de Cetáceos y Avifauna Marina de Dénia una ventana a uno de los espectáculos más fascinantes de la naturaleza, única en el Mediterráneo.

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Antonio Martínez, coordinador del Servicio Ambiental Marino y de Pesca del Ayuntamiento de Denia, ha sido nuestro guía a través de un paraíso aún por descubrir para muchos de nosotros.

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