Sociedad
Llegando a puerto

El Algarve atraca en el puerto de A Coruña

A Coruña

¿Conocéis el Algarve? Seguro que muchos sí, pero siento decir que yo no estoy entre esa mayoría. De Portugal solo he visitado Lisboa y sus alrededores, bueno y en algún momento he llegado a cruzar la franja entre Galicia y nuestros vecinos. Pero si ya tenía ganas de llegar al sur, ahora mucho más. El jueves me invitaron a la carabela Boa Esperança que muchos habríais visto atracada en el muelle deportivo de La Marina, entre el Nemo Bary el Real Club Náutico. El barco en cuestión tenía previsto dejar A Coruña el día 2, pero, según confesaron, el buen tiempo les invitó a pasar unos días más en la ciudad herculina y organizar un evento para promocionar su lugar de origen, el Algarve. ¿Y cómo hacerlo? Pues como se gana a la mayoría de personas, y más si son gallegas, por el estómago. Así que la Fundación Nao Victoria y la Región Turismo de Algarve, propietaria del barco, celebraron un showcooking para mostrarnos los manjares que ofrece esta región portuguesa. ¿Tenéis hambre? Pues vamos allá.

La demostración culinaria corrió a cargo de Tertúlia Algarvia, mucho más que un restaurante, toda una iniciativa que incluye cáterin, talleres y promoción del Algarve. El chef allí presente elaboró en público una cataplana de pulpo con boniatos y salicorina que se ofrecería entre el público para probar. Cebolla, chorizo, pimientos, almejas y mucho más. Estaba sabrosísimo. Además, mientras el cocinero trabajaba, también se pudieron degustar otros entrantes como filetitos de caballa con compota de cebolla roja, tostadas de paté de mojama de atún y cebolleta o volován de berberechos con salicornia. Y por último, queso con mermelada del Algarve, que a mi parecer era más bien membrillo. ¿Que qué tal? Pues a mí los bocados de caballa me resultaron demasiado fuertes, mientras que mi plato favorito fue la caldereta de pulpo.

Pero más que la comida, lo mejor de la invitación fue conocer este barco y su historia. Se trata de una reproducción de una carabela del siglo XV o XVI creado hace 16 años. Imita, por tanto, a uno de esos barcos con los que portugueses y españoles hacían expediciones para alcanzar nuevas fronteras. ¡Parece mentira que este tipo de navíos pudieran hacer grandes travesías con las dimensiones que tienen! En este caso concreto, alcanza los 23,9 metros de eslora, 6,6 de manga y 3,3 de calado. La vela más grande llega a los 80 metros cuadrados. Por cuestiones de seguridad, también dispone de un motor, aunque no de gran potencia, pese a lo cual en 1992 logró cruzar el Atlántico. Ahora, esta reproducción se utiliza para recorrer la costa promocionando Portugal.

Lo mejor de una cita así es que pudimos charlar con su tripulación. Personas jóvenes, de entre 21 a 35 años, la mayoría relacionados con los estudios de náutica. Alumnos que están deseando subirse a un barco y a los que las prácticas les tardan en llegar, así que se enrolan en esta carabela como voluntarios. Algunos venían navegando desde Sevilla, el último puerto en el que se hizo una promoción así. Otros se subían a bordo en A Coruña. Después de abandonar nuestra ciudad, se dirigían a Baiona y Vigo, a donde está previsto que lleguen el día 17.

Estos jóvenes que duermen en un espacio más que reducido en pequeñas camas empotradas (eso no se puede considerar camarotes) están encantados con la experiencia y hablan incluso de “lujo” en comparación con cómo se viaja en la época originaria de estos buques. Pero claro, en aquel momento, aseguran, se dormía en cubiertaa la intemperie.

Como en todos los barcos, llama la atención los pequeños trucos para hacer la vida más sencilla en alta mar. Huecos en la mesa para encajar las botellas, bordes en la misma para evitar que caigan los utensilios con el bamboleo de las olas y esos asientos retráctiles que solo se sacan cuando uno se quiere sentar y así ganar espacio. En las paredes, emblemas, réplicas de cuadros antiguos y escudos de las ciudades en las que hacen escala. La cocina, minúscula, y más cuando se trata de cocinar para un mínimo de 12 personas, las necesarias para manejar un barco como este cómodamente.

Todos pudimos conocer la oferta turística del Algarve y más en concreto la culinaria. Mientras el chef manejaba los fogones, sonaba de fondo un fado y un vídeo mostraba los paisajes y la oferta turística de la región. Todo, mientras en A Coruña, comenzaba a refrescar con la caída de la noche. Una buena treta para que nuestros pensamientos estuvieran puestos en el verano y en el clima del Algarve, lugar que ha sido calificado como el mejor destino de playa de Europa por los World Travel Awards, considerados los Óscars del turismo.

Para mí fue una experiencia fantástica y desde aquí agradezco a la fundación la invitación y al vicepresidente de la Región de Turismo del Algarve, Joao Fernandes, el trato recibido a bordo. Desde luego, al Algarve le debo una escapada en condiciones. Si vosotros ya conocéis esta zona turística, contadme, qué tal. ¿Qué fue lo que más os gusto? ¿Preferís otros entornos? ¿Cuántos visteis la carabela atracada en el puerto de A Coruña?

 
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