Sociedad
NAO BOA ESPERANZA

De como superar el cabo de Buena Esperanza pero no la barandilla del duque de alba en Vigo

La réplica de la histórica Nao sufrió un percance en su llegada al Puerto de Vigo

La Nao colisionó con la barandilla del duque de alba del Puerto de Vigo / José Cigarrán

Vigo

21 de noviembre de 1991. Huelva. Los dirigentes de la Expo 92 y decenas de autoridades e invitados acuden a la histórica cita de la botadura de la réplica de la Nao Victoria en un astillero onubense. En plena botadura, saludaba la mascota de tamaño evento, Curro desde la cubierta sin saber lo que se le venía encima. Sabía que vivía un momento histórico que se hizo más viral que histórico por mor de un escoramiento exagerado de una réplica tan exacta como problemática.. En sus primeros minutos desde su botadura, la nave empezó a naugragar y la mascota sufrió uno de esos momentos que pasarán a la historia: el hombre al agua pasó a ser “mascota al agua” con el consiguiente peligro para la integridad del actor-figurante. La Nao Victoria no pasó el corte de la primera prueba de fuego y su reputación también pasó a la historia, pero reciente. En Vigo, un 18 de octubre pero de 2016, nos llevamos un buen susto con la Nao Boa Esperanza. Nada que ver con la de la Nao Victoria pero apuntó maneras en un principio, hasta que la Providencia puso de su parte para que todo se quedase en un susto y un hundimiento de aceros y hierros. Aquella Nao que hizo historia doblando el cabo de Buena Esperanza, superando unos mares tan agresivos como inexplorados, esas tormentas concatenadas, aquella que logró que Portugal encontrase aquella ruta hacia Oriente. Mito de los grandes navegantes y descubridores portugueses como Fernando de Magallanes, la Nao de Boa Esperanza llegó a Vigo con la idea de dar a conocer las excelencias no de un nuevo mundo, pero si del Algarve, tercer destino turístico preferido por los gallegos, marineros y no marineros. Arribaba a nuestras aguas, ya en las proximidades del Muelle de Cruceros, superado el tramo de mayor dificultad allende las Cíes, cuando un problema en la máquina del museo flotante que es la Nao, estuvo a punto de convertirse en viral pero, afortunadamente, se quedó en un susto. Perdió la dirección como si estuviese bordeando África y la nave se fue directamente contra una de las barandillas que conectan los duques de alba (de contención que no heráldicos) con el Muelle de Cruceros. Una estructura de aluminio que se vino abajo, precisamente por el fuerte impacto de una embarcación que poco pudo hacer para maniobrar y evitar la colisión. No hubo que lamentar ni personas ni Curros ni mascotas heridas en tan desgraciada maniobra de aproximación. Afortunadamente ya está arreglada la Nao Boa Esperanza y estos días se convertirá en un importante lugar de encuentro para los potenciales turistas del Algarve que quieran conocer sus excelencias y su historia. Ya sin riesgo alguno. Si superar el cabo de Buena Esperanza fue tarea complicada, la llegada a Vigo no quiso ser menos accidentada. Eso sí, previamente la vista a Baiona para un hermanamiento de naves potencialmente descubridoras como la Boa Esperanza y la Pinta salió a las mil maravillas. Seguramente Baiona hizo prevalecer su historia; en el Siglo XV era un puerto el de la Villa Real de más pedigrí que el de Vigo.

 
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