La crisis de la socialdemocracia
Uno al final no sabe si la crisis del PSOE es producto de su incapacidad para liderar un proceso (ser oposición o ser un gobierno alternativo) o es debido a la crisis, aun no resuelta, de la socialdemocracia europea
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Punto de Vista de Cecilio Nieto | La crisis de la socialdemocracia | 20/10/2016
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Alicante
Hay que ver el juego que está dando a todos los comentaristas la crisis del PSOE en este país. Uno al final, después de oír y leer, no sabe si esta crisis es producto de su incapacidad para liderar un proceso (ser oposición o ser un gobierno alternativo) o es debido a la crisis, aun no resuelta, de la socialdemocracia europea, de la que es hija el PSOE. Imagino que la primera es la más plausible, pero la crisis europea tampoco es inocente en este caso.
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En efecto, la socialdemocracia clásica tiene en evidencia su propia identidad ideológico-política. Tanto la influencia del liberalismo de izquierda como la del social-liberalismo (asociado a la hegemonía neoliberal) han provocado cortocircuitos con los votantes más tradicionales. Al mismo tiempo, la apuesta por Europa y el debilitamiento de los Estados plantean tensiones aún no resueltas con éxito.
La socialdemocracia, como proyecto político común del proletariado y la clase media, es hija de una determinada fase histórica, de conflictos políticos y sociales centrados en las cuestiones socioeconómicas. Con la creación de los Estados democráticos modernos, se generó un marco político que permitía poner en práctica el proyecto de la socialdemocracia. Solo en ese marco fue posible lograr el equilibrio de fuerzas entre capital y trabajo y, a través del proceso electoral, las mayorías sociales se convirtieron en poder político y administrativo, pudiendo así corregir al capitalismo favorecedor de los sectores más fuertes de la sociedad.
En el contexto de esos procesos, surgió y se solidificó la alianza de clases entre el proletariado y las clases medias ilustradas que durante mucho tiempo fue característica de la socialdemocracia europea clásica. Hoy, la destrucción progresiva y calculada de la clase media y el empobrecimiento del proletariado, arrastran consigo a la propia entidad de la socialdemocracia. Y si a esto se añade la ineptitud de algunos dirigentes políticos, el hundimiento está servido.
