Abengoa espera despejar su futuro esta semana tras un año de preconcurso

Sevilla

Abengoa afronta una semana clave para que se despeje su futuro. Pretende evitar el mayor concurso de la historia de España con su plan de reestructuración para el que necesita, al menos en un 75 por ciento, el apoyo de sus acreedores.

Las perspectivas son buenas, según fuentes cercanas del proceso, aunque puede que no lo consiga hasta última hora. Contará sin problemas con el apoyo de las entidades bancarias aunque los bonistas del extranjero tendrán que apurar los plazos por cuestiones administrativas.

A lo largo de este martes, como muy tarde, necesita obtener el apoyo del 75 por ciento de los acreedores a su plan de reestructuración de la deuda financiera, pactado en agosto, que consiste en aplicar una quita del 97 por ciento, a cambio básicamente de que se queden con la empresa. Y antes del día 28 tiene que entregar este acuerdo al juez, que tiene 15 días para pronunciarse.

Según las mismas fuentes, las adhesiones van "a buen ritmo" y se espera conseguir esta cifra, de manera holgada en el caso de los bancos. Se ajustarán más al plazo los bonistas que han tenido que adaptar este proceso a las legislaciones de otros países.

Si Abengoa logra sortear el concurso se repartirán la mayor parte de las acciones los bancos y los fondos de inversión, mientras que los accionistas históricos, entre ellos los Benjumea, solo tendrán un 1,4 por ciento.

Los sindicatos temen que al inicio de esta nueva etapa, con una Nueva Abengoa, de menor tamaño, se hagan más recortes. Solo en su sede social en Palmas Altas, en Sevilla, la plantilla, según los datos que maneja UGT, se ha visto reducida a menos de la mitad, de 3.700 trabajadores, a menos de 2.000.

Con una inyección de 1.200 millones de euros, aunque solo casi la mitad es dinero nuevo, se pretende sacar a flote una empresa que pasó de servir de ejemplo para el propio Obama en sus discursos a estar al borde de la liquidación.

Más de un año después de entrar en preconcurso, tras un periodo marcado por reducciones de plantilla, salidas de directivos o demandas por indemnizaciones millonarias, la multinacional de las energías renovables trata ahora de volver a la casilla de salida.

Abengoa celebrará el próximo 22 de noviembre una Junta General Extraordinaria de Accionistas, en la que propondrá la unificación de las actuales clase A y clase B en una única clase de acciones ordinarias. En esta reunión se votará también la refundación de la empresa y se nombrará a un nuevo consejo de administración formado por siete miembros.

Por otra parte, el juzgado de lo mercantil 2 de Sevilla ha dictaminado que el acuerdo que permitió dar una prórroga a Abengoa de siete meses para evitar el concurso es válido después de que lo impugnara un grupo minoritario de acreedores.