Los bisontes decapitados en Valencia murieron de hambre

Valencia

Los bisontes hallados muertos y decapitados hace un mes en la reserva de Valdeserrillas, en la localidad valenciana de Benagéber, sufrían desnutrición y fallecieron por inanición, según los informes veterinarios.

Así lo ha asegurado el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, quien ha informado de que la Fiscalía ha imputado por un supuesto delito de maltrato animal al director de la reserva, donde hace un mes aparecieron decapitados dos bisontes y otros ejemplares de la manada enfermaron.

Durante su asistencia a los actos con motivo del Día de la Policía Local, Moragues ha asegurado que según los informes veterinarios, los bisontes "tenían desnutrición, habían muerto por inanición y no tenían suficiente alimentación".

Ha destacado que la Fiscalía ha dado "condición de investigado" al director de la reserva y cuidador de los animales, y ahora, ha añadido, "es una cuestión la Fiscalía, que debe instruir ese expediente y determine si es imputable un delito o no".

El delegado del Gobierno ha explicado que la Guardia Civil ha realizado la investigación y ha trasladado las diligencias a la Fiscalía, que en base a los informes veterinarios, que han concluido esa desnutrición y mala alimentación, ha decidido "declarar la condición de investigado" del responsable de la reserva.

Ha señalado que se siguen haciendo análisis y que las investigaciones siguen su curso, ya que se está pendiente de las bolas encontradas y que supuestamente podrían contener veneno, pero ha insistido en que la conclusión de informe veterinario "es la desnutrición".

El director de la reserva, investigado por la Guardia Civil

En su informe, el SEPRONA asegura que el director, o alguien cercano, cortó la cabeza de Sauron y colocó una bola con lo que parecía veneno al lado del comedero de los bisontes para que pensaran que habían intentado envenenarlos. Pero ni había veneno en la bola, ni la cabeza había sido cortada para lucirla como trofeo.

De hecho, casualmente el director fue el que encontró la cabeza del bisonte cinco días más tarde a pesar de que el SEPRONA había peinado la reserva buscándola. Carlos Álamo está imputado por un delito de maltrato animal, aunque asegura que tiene mil pruebas para defender su inocencia. Podría enfrentarse a cárcel y una multa de 600.000 euros.