"Cuando miro atrás y veo lo conseguido me siento muy feliz"

Santa Cruz de Tenerife

Nació hombre aunque siempre sintió que ese cuerpo no era el suyo. Ariadna tiene ahora 30 años, y con 19 decidió iniciar el proceso de cambio de sexo. Reconoce que su infancia no fue buena: insultos, burlas, chistes del mal gusto... "Siempre me decían que las muñecas eran cosa de niñas, que los hombres no jugaban con eso", recuerda.

Llegó un día en el que pensó que había llegado el momento de "mirar al frente". Tras unos años muy duros, ahora siente que es feliz. Ha encontrado un gran apoyo -incluso entre sus compañeros de trabajo- que la animaron a dar los pasos necesarios para conseguir ser una mujer completamente.

"Que te traten de acuerdo a tu condición sexual hace que te sientas más cómoda y no discriminada", añade. Aunque considera que "lo peor" del proceso fue el cambio de nombre en todos los documentos, como es el DNI.