No se puede regalar prestigio

Huelva

No se puede regalar prestigio. Se puede ganar, mejor o peor. Se puede perder, por más o menos goles y con mejor o peor imagen. Pero no se puede regalar prestigio. Ya es suficiente castigo para un club como el Recreativo de Huelva tener que vagar por una categoría que no le corresponde como para, además, tener que soportar, cada poco tiempo, una humillación que se acaba antojando mayor que la anterior. Lo de ayer, simplemente, no es aceptable.

Y no lo es porque no hay excusas, no hay atenuantes. Da la sensación de que se ha instaurado una especie de convicción general en el recreativismo por la cual todo lo que ocurra hay que disculparlo porque las cosas están muy mal. Falta dinero, faltan medios, falta tranquilidad e incluso falta calidad. Puede que falten jugadores. O que sobren, eso habrá que dejarlo para que lo decidan otros. Lo que no puede faltar bajo ningún concepto es ambición, vergüenza torera o responsabilidad. Cada vez que llega un jugador escuchamos las mismas palabras sobre el honor que supone vestir una camiseta como la del Decano del Fútbol Español, también cuando sube un canterano, pero en el día de ayer no se salvó absolutamente nadie.

Conviene recordar que al Recre, a sus aficionados, se les representa a todas horas, en todos los partidos y en todos los campos, y que no todo tiene excusa ni se olvida. Por suerte, el fútbol no da tregua y sí da oportunidades. El domingo el Nuevo Colombino hablará y los jugadores, el entrenador, veremos cómo responden.