Mastines para proteger al ganado de los lobos
Se ha celebrado una Mesa del Lobo presidida por el consejero de Medio Ambiente en la que han participado ganaderos, agricultores y otros sectores afectados por la problemática
Mesa del Lobo de la Comunidad de Madrid / Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid
El consejero de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio, Jaime González Taboada, ha presidido la Mesa del Lobo. Una reunión con diferentes actores sociales a los que les atañe el aumento de ataques de estos animales al ganado en la Comunidad de Madrid.
A la mesa se han sentado representantes del cuerpo de Agentes Forestales, del SEPRONA, del Colegio de Veterinarios y también asociaciones conservacionistas y de agricultores y ganaderos. Alfredo Berrocal, presidente de UGAMA, ha sido uno de los participantes de esa Mesa de Trabajo, de la que sale un poco más esperanzado, pero asumiendo que las medidas propuestas por el gobierno regional son insuficientes.
Alfredo Berrocal, presidente de UGAMA sobre la Mesa del Lobo
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Berrocal ve insuficiente la partida de 60.000 euros que se destina a sufragar los daños producidos por los ataques, ya que se reduce a 200 euros por ataque, una cantidad que apenas cubre gastos.
Tampoco está conforme con que se cubra el 30% de las pólizas que se contratan para cubrir los daños causados por los lobos en las explotaciones ganaderas y se pregunta cómo la Consejería se compromete a pagar ese importe en el mismo año, ya que los ganaderos llevan“esperando a que se tramiten las indemnizaciones desde 2015”.
Berrocal sí apoya otras medidas tomadas en esta reunión como la recuperación de majadas o la tenencia de perros mastines que protejan al ganado. Sin embargo cree que la decisión será polémica ya que estos animales son de grandes dimensiones y tienen que estar sueltos para desarrollar su labor. La Comunidad también ha decidido instalar cercados eléctricos que impidan a los lobos atacar al ganado.
El consejero se ha comprometido a mantener estas reuniones una vez cada dos meses aproximadamente para disminuir el impacto de los lobos sobre el ecosistema de la región.
