Protesta en la calle de los trabajadores de la zona azul contra las agresiones

Pamplona

Durante dos horas, el estacionamiento regulado en Pamplona no ha funcionado este martes de noviembre o, al menos, ha dejado de contar con la vigilancia atenta de los controladores de la empresa Dornier, adjudicataria del servicio. Más de un centenar de ellos, ataviados con sus petos verdes y fosforescentes, se han reunido tras una pancarta en la plaza Consistorial para decir basta a las agresiones que sufren en su día a día. Unas, más graves, como la que semanas atrás vivió una empleada de Dornier en la zona hospitalaria, cuando una conductora fuera de sí acabó arrancancando los cabellos a la vigilante. Pero sin llegar a esos extremos, la presidenta del comité de empresa, Raquel Iribarren, relata como los controladores, en su mayoría mujeres, reciben "insultos", "empujones" o "les tiran objetos de los balcones".

Cuenta Iribarren que durante los años de la crisis estos comportamientos incívicos han ido a más: la gente está más alterada, concluye. Y solicita al ayuntamiento y a la empresa que se refuerce la vigilancia en los espacios más conflictivos, como el Complejo Hospitalario, arbitrando que ese control de los vehículos aparcados se realice por parejas. También otras medidas como sistemas de alerta más ágiles y rápidos que la actual PDA con un botón antipánico para avisar a la Policía Municipal.