La Oreja de Van Gogh, cómo hemos cambiado
Por derecho uno de los mejores grupos pop de las últimas décadas, LODVG quiere recuperar la corona con un nuevo disco
Fuenlabrada
Igual escuchar una canción que se llama ‘Verano’ en noviembre no pega mucho, pero es la elegida por La Oreja de Van Gogh para presentar su nuevo y flamante disco ‘El planeta imaginario’. Más buen rollo, canciones bien cuidadas y con más potencia que antaño, casi como si construyeran un muro de sonido, aunque se reste creatividad musical. Cuánto han cambiado, y no solo la cantante, desde 1998.
La Oreja de Van Gogh, cómo hemos cambiado
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Se iniciaba el crepúsculo de los 90’ cuando conocíamos a unos chavales de San Sebastián que, aunque habían nacido casi como ‘indies’, sabían hacer un buen pop que repetía fórmulas que ya conocíamos como las de Ella Baila Sola. Sin embargo, más allá de la voz dulce pero potente de Amaia Montero, su carta de presentación ‘El 28’ se nos mostraba agradable al oído. Su debut no pudo tener mejor continuación con ‘Soñaré’.
‘Dile al sol’ era el primer álbum de la banda que cosechaba grandes éxitos en una escena española que anhelaba novedades de verdad, sin mucha ‘prefábrica’ detrás. Habían salido de la nada y en dos años consiguen varios discos de platino, premio más que merecido al trabajo humilde de los donostiarras. En 2000 dan un paso crucial con el disco ‘El viaje de Copperpot’.
El segundo trabajo de la banda supone un avance en todo: un sonido más profesional, la voz y los coros están mejor entonados y son mucho más ricos, las letras tienen más enjundia… El single ‘Cuídate’ era un buen ejemplo del espíritu del disco, aunque no deberían pasar por alto otros como ‘La playa’. Hubo de pasar un tiempo para asimilar tanto éxito y hacer que se consolidase en un tercer disco, ‘Lo que te conté mientras te hacías la dormida’, con los grandes cambios de tempo de temas como ‘Puedes contar conmigo’.
El sonido de este disco también se notaba evolucionado, más producido e introduciendo elementos electrónicos que enriquecían la variedad de los vascos. Eso se notó también en su enorme popularidad en Latinoamérica. Y también su elasticidad para crear sonidos más oscuros como los del álbum ‘Guapa’, donde los arreglos de cuerda mezclados con la potencia de guitarras y baterías engalanan temas como ‘Dulce locura’.
Pero como suele ocurrir, tanto éxito es a veces difícil de gestionar y, aunque no haya broncas de por medio, siempre hay tensiones. Y estas desembocaron en la salida de Amaia Montero, que decide volar en solitario. Para los chicos de ‘La oreja…’ se abría un precipicio y, aunque querían seguir como grupo, sabían que la lupa de la crítica y los fans iba a ser mucho más exigente. Pero el acierto fue pleno al incorporar a Leire Martínez, concursante de Factor X, con quien presentó su nuevo trabajo.
‘A las cinco en el Astoria’ era un disco que recuperaba sonidos más crudos, más potentes y no tan líricos con los que intentaban volver un poco a sus orígenes, aunque sin tanta humildad en la producción. Consiguieron salvar un difícil bache y regresaron al número 1 con unas canciones que no desmerecían la trayectoria del grupo. Y también regresando a sus clásicos con la voz de Leire, como ‘Cuéntame al oído’, regrabada en 2009 para un disco de autoversiones, ‘Nuestra casa a la izquierda del tiempo’.
Y ahí siguen, ‘La oreja de Van Gogh’, tras superar algunos baches y no pocas maledicencias para que siempre, como debe ser, emerja la música por encima del resto de banalidades. Nos despedimos con el segundo álbum de esta nueva etapa, ya consolidada: ‘Cometas por el cielo’, donde el tema‘La niña que llora en tus fiestas’ mezcla rock y electrónica a partes iguales para seguir marcando una época en esto tan complejo de la música.