La Xunta ignora a los pioneros

Santiago de Compostela

     Los drones se han incorporado a nuestra rutina con pasmosa rapidez. Más allá de su uso recreativo, es el desarrollo industrial el que está despertando el interés de gobiernos y empresas, la Unión Europea estima que se crearán 150.000 empleos en los próximos 30 años vinculados a esta industria, con unos beneficios de 15.000 millones de euros al año. Para no perder este tren el gobierno de Núñez Feijoo ha puesto en marcha el centro tecnológico para UAVs (drones) en Rozas (Lugo), con un presupuesto de 150 millones de euros y liderado por Indra e Inaer.

     El proyecto ha cosechado las críticas de empresarios gallegos que llevan años trabajando en este campo y a los que se ha ignorado la administración autonómica. Es el caso de Marco López, gerente de Cartogalicia, y de Martín Uhía, Colyaer.

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    Desde hace más de diez años Cartogalicia utiliza los drones para trabajos topográficos, pero también se han convertido en fabricantes de estas plataformas UAVs que venden en todo el mundo.

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    Por su parte Colyair lleva veinte años fabricando ultraligeros terrestres y anfibios desde la localidad pontevedresa de Portonovo. Entre sus clientes empresas israelíes y chinas que utilizan estas naves pilotadas a distancia, capaces de alcanzar los 18.000 pies de altura y con una autonomía de 8 horas.

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