La coma, tan pequeña y tan importante

Es la coma uno de los signos más pequeños pero más importantes de nuestra lengua. Y es que el significado de una oración cambia radicalmente dependiendo de en qué parte pongamos la coma o de si la ponemos o no. Con nuestro profesor de Lengua, Alfredo Tarazaga, repasamos sus principales usos.

Por ejemplo, siempre que estemos ante una aposición explicativa, una explicación determinada, debe ir entre comas. Y puede ser determinante, ya que no es lo mismo decir “llegaron los soldados cansados”, es decir, que solo llegaron aquellos que estaban cansados; que decir que “llegaron los soldados, cansados”, es decir, que llegaron todos y que además estaban cansados. Esto le llevó a Cortázar a decir que la coma es “la puerta giratoria del pensamiento”.

Otro caso es el de las enumeraciones: siempre deben ir separadas por comas, pero nunca antes de la última conjunción, como en “compré pantalones, camisetas, calcetines, botas y pijamas”.

Y un truco imprescindible: nunca separen con comas el sujeto del verbo o el verbo del complemento directo, siempre que no haya aposiciones en medio. Por ejemplo, sería irregular escribir “Yo, tengo los libros” o “Yo tengo, los libros”.