‘José Román’

Algeciras

José Román Corzánego fue un algecireño que bien se podría definir como un auténtico hombre del renacimiento por todos los conocimientos que adquirió. Fue escritor, humorista, pintor, fotógrafo, torero, dibujante, escultor, caricaturista, decorador y cualquier otra actividad que tuviera relación con la cultura, mostrándose desde niño dispuesto a aprender todo y gozando de reconocimiento a muy temprana edad.

Nació en Algeciras en 1871 y murió en Madrid en febrero de 1957. Tras estudiar el bachillerato en Algeciras, marchó a Madrid donde se convirtió en funcionario del Cuerpo Pericial de Aduanas, ejerciendo como Vista de Aduanas en varias ciudades. Su primer destino fue en San Pedro del Pinatar (Murcia), donde fue muy querido por colaborar desinteresadamente con la ciudad. Se da la circunstancia de que Emilio Castelar, presidente de la primera república, falleció en San Pedro del Pinatar en 1899, dedicándole José Román numerosos artículos y dibujos que se publicaron en periódicos a nivel nacional.

Ejerció su profesión en la aduana de Algeciras entre 1909 y 1917, dedicándose durante ese periodo a realizar numerosas actividades artísticas, culturales y benéficas en la ciudad. En 1913, cuando contaba solo 42 años, el Ayuntamiento rotuló con su nombre una calle, conocida como el callejón de Jesús, por lo que haciendo gala de su humor tan algecireño, decía que el Ayuntamiento le había quitado una calle a Dios para dársela a él. Fue nombrado hijo predilecto de Algeciras en 1921. Desde muy joven colaboró en numerosos periódicos locales y nacionales y participó en la vida artística y cultural de las ciudades donde estuvo destinado, dejando huella también en Granada, Málaga, Cáceres y Madrid entre otras. Cuando escribía a sus amigos de Algeciras, en el sobre pintaba la caricatura del destinatario y la carta llegaba sin necesidad de poner nombre ni dirección. Suyos son los trabajos conocidos como la decoración con la que el Ayuntamiento recibió a las tropas de la Guerra de Marruecos, el interior del entonces Teatro de variedades, realizó la portada de la Feria de Algeciras de 1913 con siete figuras cariátides bifrontes, la famosa caricatura de Juan Belmonte, talló imágenes de cristos y vírgenes, como el Cristo de la Expiración que se encuentra actualmente en la parroquia de San García, el altorrelieve de “la ninfa de la vendimia”, que se encuentra casi abandonada en el parque Smicht.

En 1996 su hija donó al ayuntamiento el legado de su padre compuesto por más de 100 obras, con la condición de que fueran expuestas en un museo de manera permanente. El Ayuntamiento expuso parte de este legado en 2010 durante casi un mes y después nadie ha vuelto a saber qué sucede con el legado de José Román, ya que los intentos del museo en la calle Ancha de Algeciras fracasaron y ahora nos encontramos con que somos poseedores de un legado artístico impresionante y de enorme valor, donado gentilmente por la familia, que no sabemos valorar, que se encuentra escondido en algún almacén del Ayuntamiento con los riesgos de su deterioro y que, lo que resulta más impactante y vergonzoso, es que a una persona, hijo de Algeciras, que paseó su condición de algecireño donde quiera que estuviera, se le esté pagando de esta forma tan cruel y se le tenga tan olvidado, cuando debería tener un lugar muy preferente en su pueblo por su condición de artista polifacético, su generosidad, sus obras, y porque es de Algeciras.

El 7 de febrero próximo se cumplen 60 años de su fallecimiento, sería una buena oportunidad para desempolvar de una vez su nombre, sus obras y darle el lugar que se merece entre sus paisanos que, sobre todo, reclamamos su presencia perpetua entre nosotros.