Primer sorbo muy serio

Valladolid

Por si había alguna duda. La Real Sociedad va muy en serio en la Copa del Rey. Lo demostró en Valladolid, en la ida de los dieciseisavos de final, su primer eliminatoria en esta edición copera. Allí ganó 1-3, con goles de Iñigo Martinez y Juanmi Jiménez por partida doble. Es verdad que tuvo que superar una primera parte igualada y en la que no estuvo al nivel exhibido en la Liga, pero tras el descanso sacó a relucir su rodillo y literalmente pasó por encima del equipo pucelano para dejar más que encarrilada la eliminatoria. Un primer sorbo muy serio. Esta Real no va de broma en la Copa, como hacía en los años anteriores, en los que por una u otra razón acababa en decepción.

Eusebio, tal y como había prometido en la previa, salió con todo en el Nuevo Zorrilla, y tiró de su once de gala, con los dos cambios obligados, Juanmi por Xabi Prieto, y Canales por Oyarzabal. El resto, los mismos de las últimas jornadas, los mismos que empataron contra el Barça. El malagueño aprovechó su oportunidad al marcar el segundo y el tercer gol del equipo realista, demostrando que participa menos en la elaboración del juego de ataque, pero que tiene pólvora y tiene el don de la ubicuidad, con un gran oportunismo. Y el cántabro también su opción de jugar 90 minutos para avanzar en su definitiva puesta a punto, y aunque notó el cansanció, lo hizo a buen nivel, demostrando que es una alternativa más que seria para el once de gala realista.

En la primera parte sucedieron muchas cosas, en unos primeros 45 minutos muy divertidos, con alternativas para ambos conjuntos. La Real Sociedad salió como en la liga, con la idea de dominar el juego a través de tener la pelota, con la posesión, pero se encontró con un Valladolid muy valiente que le discurió el juego y le creó muchas situaciones de peligro. Los realistas, no obstante, se adelantaron muy pronto, en el minuto 7, por mediación de Iñigo Martínez, que cazaba un balón suelot tras el saque de córner desde la izquierda de Carlos Vela. Zapatazo y para adentro. El primero ya estaba en el zurrón, un primer pasó importante. Los donostiarras se las prometían muy felices, pero a los tres minutos, error defensivo, el Valladolid jugaba en largo y Mata era derribado de forma clara por Rulli. Penalti, amarilla para el argentino y gol desde los 11 metros de Mata.

A partir de ahí, el marcador no se movió hasta el descanso. Pero hubo muchas opciones para ello. Otros tres goles anulados, dos al Valladolid y uno a la Real, por fuera de juego previo, y un disparo al palo del equipo pucelano. Y por parte de la Real, Willian Jose, Juanmi y Vela no pararon de intentarlo, pero en acciones aisladas o con disparos lejanos que tampoco estuvieron cerca de inquietar la portería vallisoletano. Pero la ambición de la Real, menos brillante que en los encuentros de liga, también provocó algunos desajustes en defensa, que aprovechó el Valladolid con balones largos a la espalda de la zaga y que estuvo cerca de aprovechar Juan Villar.

Tras el descanso, la Real siguió a lo suyo, a buscar el segundo gol, a pesar de que el empate era un resultado más que positivo para jugar fuera de casa en la Copa. Pero el estilo de Eusebio es el de ir siempre a por la portería rival, con la pelota y con una presión fuerte, basada en un buen posicionamiento. El Valladolid ya no presionaba tanto y le costaba más crear peligro, mientras los realistas tiraban de una versión más práctica que preciosista. Así, con esa buena presión, llegó el segundo gol realista, un error en la salida de balón del Valladolid, robó de balón y pase medido de Illarramendi que Juanmi no desaprovecha quedándose sólo delante del portero pucelano. Un segundo gol que ponía a la Real en franquicia. Luego llegaría el tercero, también obra del malagueño, al rematar de cabeza de forma inapelable un buen servicio desde la derecha de Carlos Martinez, algo que encarrilaba mucho la eliminatoria para la Real.