Ideas en escala

Córdoba

Es curioso lo que personas somos capaces de ejecutar en muy poco tiempo.

Estar vinculada profesionalmente al mundo de las startups me ha permitido conocer el ritmo vertiginoso con el que funcionan, sus formas de establecer prioridades y con ello, de la necesidad de saber realmente si su producto o servicio es comprado por sus potenciales clientes lo más rápido posible. Aquí ya no valen los interminables planes de empresa en papel (recordad que el papel lo aguanta todo) e inversiones iniciales elevadas para después, en un segundo plano comprobar si el negocio “funciona”. Ahora se trata de ideas que toman forman gracias a la tecnología, que escalan, que en muy poco tiempo crecen exponencialmente, o que van cambiando adaptándose al mercado utilizando los mínimos recursos disponibles para conseguir el máximo impacto posible. De eso va la historia.

Y cuando entras en esta atmósfera descubres cómo las personas son capaces de conseguir avances increíbles en cortos intervalos de tiempo. Aplicando las metodologías adecuadas y con ayuda de la tecnología, no hay límites. O sí: los propios clientes. Pero la rapidez del proceso y unas buenas métricas hacen que si los clientes limitan, la solución esté clara: a otra cosa mariposa. Y con la misma celeridad, se cambia las veces que sea necesaria.

Y ante esto yo me pregunto ¿Por qué no aplicamos esta metodología a todos los ámbitos? ¿Por qué ante datos claros nos empeñamos en no medir y seguir empecinados en conseguir lo inconseguible?

Seamos startups en nuestras vidas: establezcamos prioridades claras y luchemos por conseguirlas. Ensayemos caminos, y cambiemos las veces que sea necesario, pero con rapidez, hasta encontrar cual es el modelo que nos permite conquistar el mundo. Ya está bien de mantenernos en el mismo camino. ¿O no?