Sin Zurutuza no hay paraíso

A Coruña

Pocas veces un jugador se nota tanto en un equipo como David Zurutuza en esta Real Sociedad. El pelirrojo de Rochefort es el termómetro del equipo txuri-urdin, porque cuando él está bien, por norma general, la Real está bien. Y cuando no está, se nota mucho, tanto que los donostiarras pueden caer con estrépito en casa de un equipo que estaba en puestos de descenso, el Deportivo de la Coruña. Porque en Riazor quedó claro que sin Zurutuza no hay paraíso para estar Real que soñaba con dormir en puestos de Champions, y dar continuidad a su espectacular racha de juego y resultados. Derrota clara, 5-1, contra un Depor que en la primera parte pasó literalmente por encima del conjunto realista.

Porque el 'parche' que ideó Eusebio para suplir la ausencia muy sensible de Zurutuza no funcionó en ningún momento. Su ausencia se notó en todo momento, desde el principio hasta el final, a la hora de tener la posesión y lanzar el ataque realista, y a la hora de replegar y equilibrar el balance defensivo ayudando a Illarramendi. El mutrikuarra fue quien más notó la lesión de Zuru, porque estuvo demasiado sólo en el centro de campo. El francés es el pegamento de esta Real, que se romió en la medular, y a partir de ahí empezó a perder el partido. Eusebio optó por meter a Sergio Canales en lugar de Zurutuza, y la fórmula no salió nada bien. Porque el cántabro es un gran jugador en la línea de tres cuartos de campo, buscando el último pase y haciendo daño entre lineas, pero a la hora de ayudar en la medular no pareció. Y tampoco estaba Xabi Prieto. Así que Illarra estuvo demasiado sólo, perdió el control del centro de campo, y perdió el balón, permitiendo al Deportivo jugar demasiado fácil a la espalda de la defensa realista, a la que Florin Andone le superó en todo momento.

La primera parte realista fue literalmente para olvidar. O para verla muchas veces y aprender. Porque como diría mi compañero Jorge Beristain, "menuda empanada gallega" tuvo la Real en A Coruña. Completamente desaparecida, la sensación es que volvió a las andadas de principios de temporada, cuando la circulación de balón era muy lenta y apenas creaba peligro con su posesión de balón. Eso hizo en Riazor. Y eso vino acompañado de excesivas facilidades al ataque deportivista, que le llevó a llegar al descanso con el partido prácticamente visto para sentencia, con 3-0.

Parecía que tras el descanso la Real se podía reenganchar al partido, pero el golazo de Yuri Berchiche fue un simple espejismo. Porque esa reacción duró apenas unos minutos, hasta que el árbitro no quiso ver una caída de Canales, cuando menos polémica, en el área deportivista, y en la siguiente jugada pitó un penalti muy riguroso sobre Albentosa. Del posible 3-2 se pasó al 4-1, y ahí se acabó el partido, que tuvo un epílogo mucho más doloroso con el quinto gol de Andone. La presión del Depor fue muy buena, la Real no fue capaz de superarla nunca, tampoco encontró soluciones jugando en largo, y el equipo estuvo demasiado desconectado, con sus jugadores más importantes por debajo del nivel que habían mostrado en las últimas jornadas. Habrá que pensar que fue el día tonto que se tiene siempre en una temporada. Y pensar en lamerse las heridas contra el Valencia el sábado. Pero que Zurutuza se recupere, por favor.