El doctor esperanzado

Valencia

Los personajes más cercanos, los héroes locales, como es lógico, son los que ocupan la mayoría y los más señalados espacios conmemorativos. Pero a veces surgen en otros rincones no menos importantes de la urbe, calles dedicadas a ilustres personajes de prestigio mundial, cuyos vínculos con la colectividad valentina a veces son difíciles de trazar. No es el caso del oftalmólogo ruso polaco Luis Lázaro Zamenhof (1859-1917), padre de la lengua artificial más hablada del mundo y que en la Valencia de principios del siglo XX encontró el terreno abonado para iniciar su difusión por la Península Ibérica.

Zamenhof tenía un talento especial para los idiomas y, condicionado por las circunstancias que se daban en su ciudad natal, donde convivían hasta cinco comunidades etnolingüísticas distintas, pensó que una lengua común para todos facilitaría la armonía y el entendimiento entre pueblos. Así, en 1887 publicó el primer libro sobre su Lengua Internacional que firmó bajo el seudónimo de Dr. Esperanto, que en la nueva lengua que había creado significa Doctor Esperanzado; esperanzado en que el nuevo idioma fomentara el igualitarismo, la paz y el entendimiento entre todas las naciones del mundo. Por eso la lengua recién inventada tomó el nombre de Esperanto.

UNA CALLE PARA ZAMENHOF

El Doctor Zamenhof y su mujer estuvieron en Valencia en 1909 con motivo de los actos del Congreso Internacional de Esperanto celebrado en Barcelona y con subsede en la capital del Turia, donde también se estaba celebrando la Exposición Regional. Zamenhof incluso llegó a operar a una señora aquellos días en Valencia y donó el dinero al incipiente Grupo de Esperanto de la ciudad, el decano de las asociaciones esperantistas de España.

La llegada de la República ayudó a la consolidación de todas las asociaciones esperantistas de España, incluida la de Valencia, la más veterana y activa. Así en 1934, aprovechando la celebración del Congreso de Esperanto que tuvo lugar en Valencia, la comisión de estadística del Ayuntamiento de propuso, a petición del grupo esperantista valentino, que la calle número 67 del Plano de Ensanche, situada a espaldas del Matadero general, con entrada por la Gran Vía de Ramón y Cajal y salida por el camino de Tránsitos (hoy Pérez Galdós), se rotulase del Dr. Zamenhof.

La lápida, que se colocó en el chaflán con la calle norte, en la fachada del actual Bar Ricardo, rezaba: "Calle del Doctor Zamenhof, autor del Esperanto", y estaba compuesta por un bajo relieve del busto del doctor y la estrella verde símbolo del esperantismo. Verde esperanza y de cinco puntas, una por continente.

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