Sin camas en las UCI pediátricas de Madrid

Madrid

En un documento al que ha tenido acceso la Cadena SER, el SUMMA asegura que no hay libre ninguna de las 67 camas de las Unidades de Cuidados Intensivos para niños que hay en los hospitales de la Comunidad. César Pascual, Director General de Coordinación de la Asistencia Sanitaria, lo reconoce -le quita hierro al asunto- y culpa de la situación a la falta de personal por el puente y al incremento de casos de bronquiolitis, que es un virus respiratorio que afecta sobre todo a niños menores de tres años y que, en general, no necesita ingreso hospitalario.

Las Unidades de Cuidados Intensivos Pediátricas llevan saturadas al menos desde el martes y ayer, a última hora, seguían igual. Desde la consejería de Sanidad reconocen la situación pero la justifican por el incremento de casos de bronquiolitis en estas fechas y la falta de personal. Cesar Pascual, Director General de Coordinación de Asistencia Sanitaria asegura que: "Cuando hay tantas fiestas seguidas como ocurre esta semana, como no está la plantilla de pediatría al completo, está sólo la guardia, si hay camas libres en las UCIS meten bronquiolitis para que los niños estén más vigilados pero, en realidad, si hiciera falta la cama porque llega un niño grave, el niño con bronquiolitis se va a planta y se ingresa al que se encuentra en estado grave."

Intensivistas infantiles y enfermeras especialistas en UCI pediátrica de diferentes hospitales de la comunidad se han indignado al escuchar y leer las palabras de Cesar Pascual y nos han dicho que la situación es crítica. Que las plazas son insuficientes. Que se están viendo obligados a dar altas -nos dicen textualmente "altas cogidas por los pelos" de niños que todavía están graves para meter a otros que aun lo están más. Que la consejería lo sabe y que es una situación que se lleva repitiendo en los últimos años y -con más gravedad desde el año pasado- cuando llega la epidemia de bronquiolitis.

La bronquiolitis es una enfermedad infecciosa, inflamatoria y aguda que afecta sobre todo a menores de tres años. Empieza como un catarro y enseguida se extiende a los bronquios provocando un estrechamiento de las vías respiratorias, fiebre, mucha tos y una especia de pitido (sibilancia) cuando el niño respira. Como generalmente afecta a bebés o niños pequeños, dejan de comer.