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El Cristo del Buen Fin, trasladado al IAPH para analizar su estado de conservación

La imagen permanecerá dos semanas en la sede del instituto en la Isla de La Cartuja

El Cristo del Buen Fin en una de las dependencias del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) / @HdadBuenFin

Sevilla

La imagen del Cristo del Buen Fin, crucificado titular de la Hermandad del mismo nombre con sede en el Convento Franciscano de San Antonio de Padua, ha sido trasladada este lunes a la sede en la Isla de La Cartuja del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), donde permanecerá por espacio de dos semanas para analizar en profundidad su estado de conservación, tras lo cual se presentará el pertinente informe.

La medida se aprobó el pasado 3 de noviembre en cabildo extraordinario de hermanos y, según comentó el hermano mayor de la corporación del Miércoles Santo, José Luis Foronda, también afectará a la dolorosa titular, Nuestra Señora de la Palma, que visitará los talleres del IAPH una vez que el crucificado regrese a la calle San Vicente.

Sobre el Cristo del Buen Fin

El Cristo del Buen Fin fue tallado en 1645 por el imaginero Sebastián Rodríguez, discípulo de Juan de Mesa y coetáneo y colaborador del taller de Juan Martínez Montañés. Fue restaurado en 1979 por Luis Ortega Bru, constatándose que la imagen es de madera maciza y sin clavos en su estructura.

La investigación en el Archivo de Protocolos que arrojó la luz definitiva sobre su autoría fue realizada por María Teresa Dabrio, que encontró no sólo el contrato sino el recibo del pago establecido, que fue de 150 ducados en monedas de vellón. Antonio Dubé de Luque lo volvió a restañar en 1995 y el tallista Juan Mayorga le labró nueva cruz arbórea en 1996. Mide la talla de altura un metro y sesenta y seis centímetros.

 
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