El Ayuntamiento cuestiona los planes del Gobierno vasco para extraer gas en Subijana

Vitoria

El Ayuntamiento de Vitoria no comparte los argumentos del Gobierno vasco para extraer gas en Subijana. En un informe elaborado por los departamentos de Medio Ambiente, Zona Rural y el CEA al que ha tenido acceso la CADENA SER, el Ayuntamiento afirma que “no es cierto que el aprovechamiento del gas a nivel local tenga un efecto positivo sobre el cambio climático”, tal y como defiende el Gobierno vasco en la documentación que ha enviado al Ministerio de Medio Ambiente sobre el pozo Armentia-2 que proyecta a través de la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi (SHESA).

“Por mucho que se reduzcan los impactos, el gas es un combustible fósil y por tanto su aprovechamiento siempre tendrá un efecto negativo sobre el cambio climático”, explica el informe municipal.

El Ayuntamiento cita los planes que las instituciones están desarrollando para combatir el cambio climático -Estrategia Vasca de Cambio Climático, Plan Mugarri de Energías Renovables, etc- y considera “cuando menos contradictorio” que se acometa “una nueva búsqueda de combustibles fósiles en lugar de dirigir los recursos y los esfuerzos hacia las energías renovables y la eficiencia energética”. Los técnicos municipales sostienen que apostar por vías alternativas a los combustibles fósiles “puede contribuir a la utilización de recursos energéticos propios y al desarrollo industrial de la zona”. Para SHESA, no explorar el gas en Subijana es una renuncia a la actividad económica de la zona.

Estas importantes divergencias del Ayuntamiento con el Gobierno vasco están plasmadas en un informe que se ha enviado al Ministerio de Medio Ambiente dentro del periodo de consultas abierto para abordar la evaluación de impacto ambiental del pozo de Subijana.. En esta misma tramitación, la Diputación de Álava ha mostrado su preocupación por los efectos del proyecto en el acuífero de Subijana. El Gobierno vasco confía en poder empezar a extraer gas en primavera.

El procedimiento supone “una merma de la participación social”

Las afirmaciones también son contundentes para rechazar el procedimiento de evaluación ambiental que ha elegido el Ministerio de Medio Ambiente. Tal y como adelantó la CADENA SER, a finales de octubre el Ministerio cambió la tramitación y paralizó la evaluación ordinaria que había iniciado para poner en marcha una evaluación simplificada que evita la exposición pública del proyecto y la presentación de alegaciones ciudadanas. El Ayuntamiento opina que esa decisión “supone una merma de la participación social” y reclama al Ministerio volver al primer tipo de procedimiento y obligar así al promotor a elaborar un estudio de impacto ambiental.

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El informe identifica también “carencias que limitan la adecuada evaluación de los impactos potenciales”. No se tiene en cuenta, por ejemplo, los objetivos de conservación de la Zona Especial de Protección en torno al Río Zadorra y, siempre según los técnicos, el Gobierno vasco ignora planes “que sería conveniente analizar” como el Inventario de Suelos Contaminados de la CAPV o el Catálogo de Paisajes Singulares de Álava.

El informe señala, por otra parte, que las medida preventivas son “excesivamente genéricas”: “El Programa de Vigilancia Ambiental no detalla la forma concreta de realizar controles y seguimientos”.

Sobre la utilización de sustancias químicas durante la perforación, SHESA considera que “las concentraciones de las sustancias peligrosas en los fluidos pueden considerarse meramente trazas”, pero el Ayuntamiento reclama que el Gobierno vasco “despeje toda duda sobre la posibilidad de afección hidrogeológica o de contaminación de los ecosistemas”. Consideran los técnicos que el estudio realizado es muy difícil de interpretar y piden una “documentación más clarificadora sobre la peligrosidad de las sustancias”.

Los técnicos municipales también se muestran interesados por algunas lagunas en torno al proyecto. Reclaman, por ejemplo, datos sobre el volumen mínimo de gas que permitiría hacer rentable la explotación, así como el número de pozos que serían necesarios si la exploración resulta un éxito.