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Houston, tenemos un problema

A Coruña

No podemos ocultarlo más. Houston, tenemos un problema. Apenas cuatro días después de conseguir una vitoria de prestigio ante el Cafés Candelas Breogán, un club modesto, un club de cantera vinculado al Divina Seguros Joventut de la Liga Endesa, el C.B. Prat, explotó los defectos del Leyma Coruña para llevarse una inesperada victoria de Riazor.

No me sirve la excusa del cansancio y el haber jugado tres partidos en ocho días. Ya son habituales las desconexiones de los pupilos de Tito Díaz en determinados momentos de la competición. No fue la de este viernes la primera vez que nuestros chicos llegaban tarde a un partido. Nos pasó en Cáceres, nos pasó en Oviedo, nos pasó, una vez más, el pasado sábado, en casa, ante el Prat, en un partido en el que, faltos de tensión, aceptamos entrar en una espiral de intercambio de canastas de la que no salimos para nada beneficiados. La clave que decidió el choque la encontramos en el rebote ofensivo. Me autocorrijo.

La clave no fue el rebote, fue el aprovechamiento que uno y otro equipo extrajo de las segundas opciones. El equipo catalán, que “sólo” capturó cinco rebotes de ataque más que el Leyma, consiguió 22 puntos en segundas y terceras opciones frente a los 3 puntos que consiguió el conjunto de nuestra ciudad en acciones similares.

El problema del rebote es ya un mal endémico del conjunto de Tito Díaz al que hay que poner freno lo antes posible. Disputadas catorce jornadas de liga, el equipo coruñés sólo ha ganado la batalla del rebote en cinco ocasiones.

Pero vayamos más allá. De este balance negativo depende otro hecho irrefutable: el Leyma Coruña realiza menos lanzamientos a canasta que sus rivales, circunstancia esta que obliga a los jugadores a mantener unos porcentajes de acierto en el tiro muy elevados para tener opciones de victoria. Hasta el momento, el equipo coruñés ha superado a su rival en tiros de campo intentados solamente en tres choques (F.C. Barcelona, Cáceres y Lleida).

En total, el Leyma Coruña ha intentado 869 lanzamientos en juego, por 912 de sus rivales: 43 tiros de diferencia, un promedio de tres lanzamientos menos por encuentro que sus contrincantes, una cifra que puede parecer ridícula pero que es suficiente para marcar diferencias. Centrémonos ahora en el quid de la cuestión: la protección del rebote en zona propia. A continuación, podéis ver el porcentaje rebotes defensivos capturados / ofensivos concedidos del Leyma Coruña partido por partido:

JOR.          
RIVAL REBOTES DEF. LEYMA REBOTES OF. RIVAL % REBOTES CONCEDIDOS
1 Huesca 23 11 32.35%
2 Marín 24 10 29.41%
3 Palma 22 7 24.14%
4 Araberri 31 11 26.19%
5 Barcelona     27 12 30,77%
6 COB 21 12 36.36%
7 Clavijo 21 13 38.24%
8 Burgos 31 11 26.19%
9 Cáceres 20 6 23.08%
10 Palencia 23 8 25.81%
11 Lleida 27 7 20.59%
12 Breogán 22 10 21.25%
13 Oviedo 27 14 34.14%
14 Prat 20 12 37.5%
JOR.          
RIVALREBOTES DEF. LEYMAREBOTES OF. RIVAL% REBOTES CONCEDIDOS
1Huesca231132.35%
2Marín241029.41%
3Palma22724.14%
4Araberri311126.19%
5Barcelona    271230,77%
6COB211236.36%
7Clavijo211338.24%
8Burgos311126.19%
9Cáceres20623.08%
10Palencia23825.81%
11Lleida27720.59%
12Breogán221021.25%
13Oviedo271434.14%
14Prat201237.5%

A pesar de todo, las cifras en rebotes defensivos del Leyma Coruña son buenas. Con 24.2 capturas bajo su propio aro por encuentro, es el cuarto equipo que más rebotes defensivos recoge, siendo solamente superado por Quesos Cerrato Palencia, San Pablo Inmobiliaria Burgos y Retabet.es GBC. ¿Cuáles pueden ser las causas de esta aparente contradicción? Pues, principalmente, es producto del estilo de juego del equipo coruñés, que apuesta por partidos con alto ritmo de juego y ataques cortos, con lo que el número total de lanzamientos intentados (y rebotes) está por encima de la media.

En el aro rival, se acusa poca hambre de capturas. El equipo coruñés es el segundo equipo de esta LEB Oro que menos rebotes ofensivos consigue, con 7.1 capturas por choque. Sólo Marín Peixegalego presenta cifras peores.

Se confirma el diagnóstico que ofrecía el pasado 25 de octubre en este mismo medio (Problemas en la pintura). ¿De qué sirve contar con el juego interior más alto de la categoría si no somos capaces de hacernos fuertes en las zonas?

Ningún jugador coruñés aparece en el ranking de mejores reboteadores de la liga, ninguno está entre los treinta primeros. El jugador del equipo naranja que presenta mejores registros en el capítulo reboteador es el alero Dago Peña. ¿Dónde están nuestros pívots?

Veamos los promedios, en materia de rebotes, de nuestros jugadores interiores, y calculemos cuántos minutos necesitan para sumar un rebote a su estadística: ·

   -Sergio Olmos (4.4 rebotes por partido): un rebote cada 5.2 minutos de juego.

   -Javi Lucas (3.4 rebotes por partido): un rebote cada 6.4 minutos de juego.

   -Gedyminas Zyle (2.9 rebotes por partido): un rebote cada 7.3 minutos de juego.

   -Josip Mikulic (1.6 rebotes por partido): un rebote cada 7.5 minutos de juego.

Comparar sus cifras con el mejor reboteador de la liga, Jordi Trías (11.2 rebotes por partido, un rebote cada 2.8 minutos de juego) podría ser cruel. Los ala-pívots del Cafés Candelas Breogán, por su parte, capturan un rebote cada 3.06 minutos (Fakuade) y 3.11 minutos (Iván Cruz). El base de nuestro próximo rival, Borja Arévalo (TAU Castelló), figura entre los mejores reboteadores de la liga y recoge un rechace cada tres minutos y medio, demostrando que coger rebotes es una cuestión de disciplina, de trabajo y de deseo.

¿Y si comparamos los registros de nuestros pívots con los de algunos de sus compañeros de equipo? Tuty Sabonis captura un rebote cada 4.4 minutos de juego, Dago Peña lo hace cada 5.3 minutos, Ángel Hernández cada 6.6 minutos, Filip Djuran cada 6.7 minutos de juego, Zach Monaghan y Joan Creus cogen un rebote cada 8.1 minutos de juego. Tuty Sabonis está siendo, por tanto, el mejor reboteador del equipo en términos relativos, mientras que Dago Peña lo es en términos absolutos. Sergio Olmos está mejorando en las últimas semanas sus promedios pero Zyle y Mikulic presentan peores registros que nuestros escoltas.

El pasado sábado, el croata no capturó ni un solo rechace (cierto es que permaneció menos de 8 minutos sobre el parqué) y el lituano no estuvo mucho mejor, con una sola captura (de ataque). Anotaron 27 puntos entre ambos pero esos buenos registros anotadores no consiguieron disimular sus carencias en el rebote. Javi Lucas, aquejado de un proceso vírico durante la semana, tampoco estuvo fuerte en esta tarea (un rebote).

El rebote es una tarea de equipo. Cada jugador ha de responsabilizarse de cerrar a su par. Todos los jugadores deben de atacar el rebote. Si un solo jugador falla en su cometido, una opción de ataque puede perderse y el equipo rival te castigará con un nuevo lanzamiento. Por eso nos duele tanto cuando una de esas defensas zonales tan trabajadas por Tito fuerza un mal lanzamiento del rival y, por falta de concentración o de energía de los nuestros, el balón cae en manos de un rival después de rebotar en el aro. Es por ello que utilizo esta página para destapar estas “vergüenzas”, porque reconocer un problema es el principal paso para encontrar una solución.

 
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