Molina de Segura está entre las ciudades europeas en las que más cocaína se consume
Así se desprende del estudio de un organismo europeo denominado EMCDDA o Centro europeo de monitoreo para la adicción de drogas
Murcia
Molina de Segura es tras Barcelona, Zúrich (Suiza), Londres y Antwerp (Bélgica) la ciudad europea donde han sido halladas más trazas de cocaína en las aguas residuales, según el estudio de un organismo europeo denominado EMCDDA o Centro europeo de monitoreo para la adicción de drogas.
En concreto, se estima un consumo de 509 miligramos por cada mil personas y día en Molina, que puede alcanzar a las 562 en el fin de semana, una cifra que el año anterior era de 232 gramos, mientras que en el caso de ecstasy y MDMA alcanza los 4,4 miligramos.
En el caso de Londres son 894 miligramos; en Barcelona, 700 miligramos; en Zúrich, 722, y en el de la ciudad belga de Antwerp, 914, sorprendiendo que la ciudad murciana supere incluso a grandes capitales europeas como Madrid, París o Helsinki.
Esos datos recabados de 60 ciudades de 27 países revelan hábitos de consumo de drogas mediante el análisis de aguas residuales en lo que se considera el mayor proyecto europeo de estas características, el cual ha sido llevado a cabo por el grupo europeo SCORE en asociación con la Agencia Europea de Drogas (OEDT).
Las huellas de cocaína en las aguas residuales indican que el consumo de cocaína es más elevado en las ciudades de Europa occidental y meridional, especialmente en ciudades de Bélgica, Holanda, España y Reino Unido y apunta a un consumo muy bajo o insignificante de cocaína en la mayoría de las ciudades de Europa del Este.
El director del OEDT, Alexis Goosdeel, ha dicho que "la epidemiología basada en aguas residuales ha demostrado su potencial para convertirse en un complemento útil a las herramientas establecidas de monitoreo de drogas y su capacidad de proporcionar datos oportunos sobre los patrones de consumo de drogas es particularmente relevante en el contexto de un problema de drogas, que cambia constantemente.
Por otro lado, el consumo de metanfetamina, generalmente bajo y tradicionalmente concentrado en la República Checa y Eslovaquia, parece estar presente también en el este de Alemania y el norte de Europa, especialmente en las ciudades de Finlandia.