El día que Lisboa quedó reducida a cenizas
En el año 1755 la ciudad de Lisboa sufrió un devastador terremoto que afectó a diversos puntos de la Península Ibérica
Alcobendas
La mañana del sábado 1 de noviembre de 1755, festividad de Todos los Santos, las iglesias de Lisboa estaban repletas de feligreses que habían acudido a oír misa. A esa misma hora, en las costas de Huelva y Cádiz la población saludaba al nuevo día ocupada en sus quehaceres diarios. En la capital lusa y en el sur de España nada hacía presagiar la catástrofe que a punto estaba de desencadenarse.
Acostumbrados a vivir junto a las ruinas, la memoria de la mayoría de los lisboetas apenas recuerda aquel lejano día de 1755. En las costas españolas de Andalucía occidental, quien recorra el perímetro exterior de la muralla medieval que rodeaba la ciudad de Cádiz puede encontrarse con grandes bloques de piedra de varias toneladas de peso que parecen haber sido abandonados en medio de la nada. Son la silenciosa evidencia del tsunami que los arrastró hasta allí como si no pesaran.
Conocemos más sobre este capítulo de la historia, con el escritor y colaborador de la revista Historia de Iberia vieja, José Luis Hernández Garvi.
Historia: El día que Lisboa quedó reducida a cenizas
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